La marea negra amenaza a la Florida
Agua empetrolada y bolas de alquitrán llegaron a algunas islas del noroeste de la Florida y las autoridades intentaban determinar si serían o no los primeros efectos del derrame en este estado.
“Se encontraron bolas de alquitrán en la isla Santa Rosa y un equipo de expertos va a analizarlas para determinar si provienen del derrame”, dijo la oficial de la Guardia Costera estadounidense Tasha Tully. La isla Santa Rosa integra una barrera de islas frente a las playas de Pensacola, un sector de fuerte atracción turística en la Florida en los meses de verano, entre junio y septiembre.
Con el verano a punto de empezar, la llegada de la contaminación petrolera a las playas de la Florida puede constituirse en una catástrofe económica además de ambiental en este estado que recibe 80 millones de turistas por año, que dejan ingresos en sus arcas por USD 65 000 millones. Consciente de la tragedia en puertas, el gobernador de la Florida partió ayer a Luisiana a reunirse con el presidente Barack Obama, quien realizó su tercera visita a la zona de desastre.
Charlie Crist dijo que reclamaría mayores recursos a la Casa Blanca para hacer frente a la que ya se considera “la mayor catástrofe ecológica” en la historia de Estados Unidos. La Florida espera que la administración central disponga un mayor número de embarcaciones para una masiva operación de limpieza de las aguas y protección de las costas, dijeron fuentes de la gobernación.
El gobernador pidió además a la petrolera BP, responsable del derrame, fondos por USD 100 millones para proteger al llamado “estado soleado” de eventuales daños ambientales y económicos a causa del derrame.
En una carta al presidente de BP en Estados Unidos, Lamar McKay, el gobernador detalló que los 2 000 km de costa de la Florida sobre el golfo albergan innumerables destinos turísticos, una poderosa industria pesquera y santuarios naturales que están hoy amenazadas por la marea negra. “En conjunto, estos recursos generan a la economía de la Florida unos 526 000 millones de dólares”, subrayó Crist.
En tanto, BP ayer logró avanzar en su intento por frenar el crudo. Ingenieros de la compañía colocaron una cúpula sobre la fuga a 1 500 metros de profundidad. Si bien el crudo siguió fluyendo al mar, al menos una pequeña parte pudo ser rederivada de forma controlada a un barco.
Además de tratar de contener el derrame de petróleo, la británica BP lucha en otro frente: miles de víctimas de la marea negra empezaron a recurrir a la justicia. Hasta ahora se han presentado 180 denuncias colectivas en seis cortes federales de Estados costeros, incluido Luisiana. Las compensaciones que reclaman suman miles de millones de dólares.