Tal para cual
Esa misma historia la contó Cindy a la agencia Reuter y la reprodujo Los Ángeles Times.
Simultáneamente se había puesto en marcha un día de información sobre Kuwait y un domingo de plegarias por el emirato ocupado por las fuerzas de Hussein.
En el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas los consejeros encontraron su sala de sesiones decorada con las fotos de las atrocidades iraquíes, que luego describieron los testigos invitados ante el Consejo. Dos días después el organismo de la ONU ordenó el retiro de las fuerzas iraquíes de Kuwait.
En otra audiencia del House Committee on Foreign Affairs se habló de 312 bebés asesinados en Kuwait. Cuatro días después el Congreso de Estados Unidos aprobó la intervención militar. Seis agencias de relaciones públicas habían cumplido con el trabajo, contratado por el gobierno kuwaití. Entre esas agencias se encontraba el Grupo Rendón.
Después se comprobó que Nayira era hija de Saud Naser el Sabá, embajador de Kuwait en Washington, que no era enfermera y que no había salido de Washington en esos días; que en ningún hospital ni clínica de Kuwait habían muerto niños sacados de sus incubadoras y que los testigos presentados a los consejeros y al congreso, eran falsos. Pero el resultado se había obtenido.
Como este, otros episodios de guerra han sido manejados por agencias que se autodenominan “administración de percepción,” o de “guerra informativa” o de “guerra corporativa de la información”, que han cambiado el modelo propagandístico que se desarrolló en las dos guerras mundiales del siglo XX. Y, como en las guerras, estos profesionales actúan convencidos de que todo vale y de que el fin justifica los medios.
El grupo Rendón, está conducido por J.J. Rendón, quien se autodescribe como un guerrero de la información y administrador de la percepción. Franklin Foer en el informe sobre Rendón publicado en New Republic (20-05-02) describe su estrategia: “dar golpes efectistas, deslumbrar frases breves y efectistas”. Lo demás es lo de siempre: la propaganda negra, hecha de rumores. “Sistema preventivo para la desactivación o compensación de rumores”, es la forma edulcorada con que en su página web, (www.rendon.com) describe su arma favorita: el rumor, potenciado con lo último en tecnologías de comunicación.
Fue el know how puesto al servicio del ejército de Estados Unidos durante la invasión a Panamá para capturar al general Noriega. Desde una oficina en el centro de la capital, el Grupo Rendón dirigió la propaganda, con que mantuvo oculta ante la opinión mundial, la destrucción del barrio popular Chorrillo, bombardeado, ametrallado y barrido con lanzallamas. Una tarea parecida de limpieza de imagen, logró este grupo en un trabajo de cuatro meses con que impidió que las matanzas, errores y abusos de las tropas en Afganistán, llegaran a conocimiento de la opinión pública.
Estas hazañas profesionales y su cercanía con la familia Bush, explican el dato que incluye en su libro el investigador Naief Yehya: “la influencia de John Rendón era tal que participaba en las conferencias del Pentágono para decidir diariamente cuál sería el manejo de la guerra”.
Este experto en promover guerras, o en defenderlas llegó a Colombia para salvar la candidatura de Juan Manuel Santos. Ya en ocasión anterior había contribuido con sus técnicas a darle brillo al Ministro de Defensa y a las Fuerzas Armadas. ¿Fueron su obra la Operación Jaque, el intento de vincular el nombre de Rafael Pardo a las Farc, y los seguimientos del Das para desprestigiar a la Corte? No hay datos que permitan afirmarlo, pero la técnica utilizada tiene la marca Rendón. En las semanas que faltan el país conocerá cómo hacen estos guerreros una información preelectoral. Lo cierto es que Rendón y Santos, tal para cual.El Heraldo.