29 de marzo de 2024

Parece que el campo no existiera

1 de mayo de 2010

Un sector cuya importancia para el futuro del país es clave, no sólo porque son más de 12 millones de colombianos que viven en veredas apartadas de las ciudades, sino porque tiene las mayores desigualdades en lo que respecta a los principales indicadores de pobreza: ¿Será que hay alguna idea para el sector rural colombiano en las diferentes campañas?. ¿Será que un sector que aporta el 10% del PIB, merece una propuesta?.
Colombia se ha vuelto cada vez más urbana. Probablemente, la violencia que nos asfixió durante varias décadas, hizo que, incluso aquellos que tenían intereses rurales, pobres o ricos, se desplazaran a las ciudades, con lo cual la visión del campo colombiano queda hoy prácticamente reducida a un viejo problema sobre distribución de la tierra, sin entender que el mundo cambió.
Hoy en día el mundo pasa por otros meridianos, en los que temas críticos para el futuro, como la mayor producción de bienes agroalimentarios, los temas que se derivan del alto precio del petróleo y la disminución de las reservas probadas, hacen que sobre el sector rural deba haber otra nueva visión. Como si ello fuera poco, los desordenes ambientales -inundaciones, largas sequías, deshielos, etc,- que día por día azotan a la humanidad con mayor dramatismo como resultado del calentamiento global y la poca o nula acción de los gobiernos y de los científicos, obliga a que el tema de calentamiento global y el desarrollo sostenible tengan un lugar importante.
Es curioso, pero en nuestro caso, conocemos a buena parte de aquellos que hacia al interior de las campañas han venido recogiendo ideas para armar los programas de gobierno de las diferentes opciones políticas. Sin embargo, nadie se ha acercado a FEDEGÁN – que representa a un sector que pesa en el tema de la economía rural porque somos más del 20% del PIB agropecuario, porque tenemos un millón de personas vinculadas, porque una parte sustantiva de la pobreza y la marginalidad en el campo, está en el sector ganadero en donde más de 400.000 ganaderos tienen menos de 50 animales – para escudriñar o indagar por algunos elementos que eventualmente sirvan para estructurar una nueva visión de la política rural para Colombia. Entiendo que algo parecido le ha sucedido a la Sociedad de Agricultores de Colombia-SAC.
Parece que el campo no existiera. Parece que el campo siempre fuera la última frontera sobre la cual los diseñadores de política, los tomadores de decisiones en materia pública, los empresarios e incluso los formadores de opinión, lo contemplen. Aun más, los dirigentes del sector agropecuario y el sector de biocombustibles, que es quizás uno de los más dinámicos en el país y que atrae inversión, brillaron por la ausencia en el reciente Foro Económico Mundial, celebrado en Cartagena. No hubo empresario alguno del sector rural que eventualmente pudiera haber tenido contacto con los empresarios y con los dirigentes internacionales que vinieron a dicho foro.
Por lo pronto seguimos en la misma tesis. En Colombia, no lograremos cumplir las metas del milenio, no lograremos avanzar en la erradicación de la pobreza y la marginalidad, no superaremos los niveles de atraso que todavía persisten en grandes regiones colombianas, ni miraremos el desarrollo de Colombia con otros ojos, mientras que el campo no sea un escenario de progreso y desarrollo. Más grave aún, no cesará el problema de la violencia y del narcoterrorismo. Lo hemos sostenido de manera permanente. Pero parece que una Colombia cada vez más urbana sigue discriminando al campo.