Guerra sucia
Hace un mes, daban por seguro el triunfo de Juan Manuel Santos en la primera vuelta. Lo ayudarían los empujones del propio Presidente Uribe con su participación no siempre sutil en la campaña por la presidencia de la República.
No era extraño, pues, que las encuestas favorecieran a Santos en los estratos 1 y 2, donde programas sociales del gobierno como Familias en Acción vienen siendo usados como instrumentos sucios contra la campaña limpia de Mockus. Pero tampoco era extraño que el voto joven y de opinión urbana, creciera a favor de “los Verdes” y Santos sólo mantuviera la delantera en la Región Central del país.
Empujando el carro del conservatismo para llevarlo al partido de la “U”, las fichas del uribismo -quintacolumnistas de su propio partido- están convirtiendo las falsas alarmas y las mentiras en estrategia de campaña. El más pendenciero y mentirosillo es Andrés Felipe Arias. Si ha “perdonado” en verdad a Noemí, que lo acusó de “ladrón” por el caso no resuelto de Agro Ingreso Seguro, no es porque quiera reconciliarse con la candidata conservadora sino porque quiere llevar a su partido a una alianza con Santos.
Que extraditaría al Presidente Uribe si un gobierno extranjero se lo pidiera; que se bajaría los pantalones ante las Farc, devolviendo el país a épocas anteriores a la Seguridad Democrática; que los mimos y los payasos no sirven para enfrentar al enemigo terrorista ni plantar cara al país vecino que lo encubre; que el país no puede darse el lujo de elegir a un Presidente con mal de Parkinson, que no bombardearía al país vecino que encubriera a los terroristas; que no inspira confianza inversionista y que, ay, va a acabar con los programas populares del gobierno Uribe.
La campaña de desprestigio aumenta a medida que crece la distancia que separa a Mockus de Santos, pero aumentan con mayor fervor los métodos sucios. Todavía queda en el aire la frase críptica y marrullera de Uribe al hablar de “un caballo discapacitado”, pero todo lo que él ha venido haciendo para empujarnos hacia Santos no ha impedido que decenas de miles de colombianos se vayan hacia Mockus.
Pero les está saliendo el tiro por la culata, aunque el Presidente siga interviniendo en política y se haga acompañar, como lo hizo el jueves pasado en el campus de la Universidad Tecnológica de Bolívar, por Andrés Felipe Arias, parte activa de una campaña que acabará arropada por el Partido de la “U”, es decir, por el Partido de Uribe. Menos mal que la decencia y el talante respetuoso de los estudiantes no atendió la provocación indirecta que representaba la presencia de Uribito.
No es imposible que Mockus gane en la primera vuelta. La marea verde sigue subiendo entre la juventud, que saldrá por primera vez a votar por una candidatura que no los asusta ni los avergüenza. No son jóvenes de izquierdas ni de derechas. Creen en la Constitución y en la legalidad y ya no pueden con el olor nauseabundo de la corrupción política y administrativa.El Universal.
*Escritor