El triunfo de Juan Manuel Santos

Aún así, tal como lo pronosticaron las encuestas, Santos y Mockus se enfrentarán ahora en segunda vuelta. Fue en lo único que acertaron los encuestadores. De resto, tanto ellos como los analistas se equivocaron en casi todo.
Comenzando porque la verdadera ola resultó ser la naranja. Los verdes sacarón casi la mitad de la votación que las encuestas pronosticaban, aunque duplicaron en tan solo dos meses la votación que sumaron los tres ex alcaldes de Bogotá en la consulta interna.
La adhesión de Sergio Fajardo si bien contribuyó a catalizar el movimiento alrededor de la candidatura verde, no logró neutralizar el uribismo de Antioquia, donde Santos duplicó con creces a Mockus. En Medellín, Mockus sacó solo tres puntos más que su promedio nacional.
Si bien a Juan Manuel Santos le fue mejor a nivel departamental que en las ciudades grandes, y a Mockus le fue relativamente mejor en las grandes ciudades que en los departamentos, igual Santos le ganó a Mockus en todas las ciudades grandes menos en Tunja, Pasto y Mocoa. En la ciudad que mejor le fue a Mockus fue Tunja con el 38 por ciento de la votación, donde la popularidad del ex gobernador verde Jorge Eduardo Londoño jalonó la votación. Solo en seis ciudades capitales sacó más del 30 por ciento (pero no más del 38 por ciento). Es decir que la ola verde no logró constitituirse en un ‘fenómeno’ de opinión urbana, que una vez más demostró seguir siendo predominantemente uribista.
Germán Vargas Lleras, que aparecía de colero en las encuestas con Rafael Pardo, se ubicó de tercero convirtiéndose en la gran sorpresa de la jornada (después de la apabullante victoria de Santos sobre los verdes). El candidato de Cambio Radical triplicó los pronósticos de los encuestadores, con 1’471.377 votos y el 10 por ciento de la votación total. En los últimos días, y dado su buen desempeño en los debates de la última semana, le terminó arrebatando votos a Mockus y convenciendo a algunos indecisos que votarán con él.
A Gustavo Petro le fue mejor que al Polo. Petro volvió a demostrar que no es un tipo de maquinarias. Esta vez le pasó lo mismo que en la consulta, donde sacó más votos que los que tiene la maquinaria del Polo, que en ese momento estaba a favor de Carlos Gaviria. Por el buen desempeño de Petro en los debates y por lo valiente de sus denuncias, más de 1 millón 300 mil personas votaron por él este 30 de mayo. Muchos más que los que votaron por los candidatos a la Cámara y al Senado del Polo, que el pasado 14 de marzo sólo sacaron 850 mil votos. La consulta amarilla obtuvo 450 mil votos, que Petro triplicó.
Aún así, Petro registró la mitad de la votación de Carlos Gaviria en el 2006, cuando sacó el 22 por ciento de la votación y más de dos millones y medio de votos, con lo cual quedó demostrado que el Gobierno de Uribe si logró debilitarlos bastante, pero afortunadamente no acabar con la izquierda.
La debacle de los partidos tradicionales
Los dos partidos tradicionales, conservador y liberal, tuvieron el peor desempeño de su historia, con 6,02 por ciento para Noemí Sanín y un 4,28 por ciento para Rafael Pardo. Aunque ambos lograron pasar el umbral que les da derecho a la reposición de votos, el partido no le respondió a ninguno de los dos candidatos.
Rafael Pardo sacó menos de la mitad de los votos que obtuvo Horacio Serpa en el 2006, y la mitad de los que se depositaron en la consulta liberal. Básicamente sumó los votos que él y Aníbal Gaviria ganaron en la consulta de septiembre y ni uno más. Y si bien es posible que Arleth Casado, la baronesa de Córdoba, le haya costado a Pardo votos de opinión, los 60 mil votos que le pusó a Pardo en está región, le permitieron pasar el umbral para acceder a la reposición de votos.
Noemí Sanín, con 835 mil votos, sacó solo doscientos mil votos más que en el 2002 cuando fue candidata independiente. Como el Partido Conservador no llevó candidato a las presidenciales, no se puede comparar con los resultados de las últimas dos elecciones. Pero la votación de Sanín fue dos terceras partes de los 1’120.000 votos que ella misma obtuvo en la consulta interna del Partido Conservador, dandole credibilidad a la tesis de que en esa consulta hubo mucho voto no conservador contra Andrés Felipe Arias.
A Noemí la abandonaron la mayoría de políticos en estas elecciones, pero las tres principales políticas conservadoras mujeres le cumplieron. A Sanín le fue bien en Antioquia, que es el fortín de las congresistas Olga Suárez Mira y Liliana Rendón. Y llamó la atención su votación en Nariño, que en los últimos 8 años fue tierra de la izquierda. La candidata azul tuvo un promedio nacional de 5.8 por ciento de los votos, sin embargo en Nariño sacó 10 por ciento de los sufragios. Allí le ayudó el apoyo fiel de Myriam Paredes, la tercera senadora más votada del Partido Conservador.
Definitivamente la única maquinaria que sirvió este 30 de mayo fue la uribista. Pues tanto el Partido Conservador como el Liberal disminuyeron a una tercera parte los votos que sacaron a Congreso. Esto demuestra que la estrategia de Santos de "rodar" votos bipartidistas funcionó, porque estos votos tuvieron que irse a algún lado. Del millón setecientos mil votos rojos del 14 de marzo, Pardo sólo sacó 636 mil votos. Este candidato tampocó sacó lo de la consulta liberal que fue un millón quince mil votos. Lo mismo le pasó a Noemí Sanín. Los conservadores fueron la segunda votación al Senado, después del Partido de La U, pero ayer se quedaron en la casa o fueron a votar por Santos. La candidata azul sólo sacó 892 mil votos.
Los candidatos Jaime Araújo, Robinson Devia y Jairo Calderón no lograron ni el uno por ciento de la intención de voto. Devia, que había conseguido un millón de firmas para inscribir su candidatura, sacó menos de 40 mil votos. Jaime Araújo, con 15 mil votos, no consiguió que votaran por él ni el uno por ciento de los desplazados que él decía representar y el partido que lo avaló claramente lo abandonó en las urnas. La familia DMG tampoco se manifestó a favor de Calderón.
La victoria de Santos
Desafiando incluso los pronósticos de los políticos regionales, Juan Manuel Santos ganó en todas las capitales de departamento, menos Tunja y Mocoa, donde ganó Mockus. En Manizalez, quedaron a mil votos. Y en Cali, Santos ganó por tres puntos porcentuales. En Bogotá, en cambio, donde los tres ex alcaldes parecían tener una gran popularidad, Santos duplicó a Mockus.
En términos de departamentos, Santos ganó en todos menos en el Putumayo, donde el candidato verde le sacó cinco puntos a Santos, y dos a Petro, que llegó de segundo. En el Pacífico, donde las encuestas arrojaban una victoria contundente de Mockus, también ganó Santos, aunque con menos ventaja (en el Chocó, Santos ya sería presidente).
Como se anticipaba, Santos molió a Mockus en la Costa Atlántica. Santos duplicó con creces la votación de Mockus en Barranquilla, en Cartagena y en Santa Marta, donde el candidato del Partido Verde sacó . En Montería, lo cuadruplicó y en Sincelejo lo sixtuplicó. Si Mockus no logra convencer a los petristas de que él es una buena opción en la segunda vuelta, Juan Manuel Santos será Presidente de Colombia, ya que Gustavo Petro sacó en todas estas ciudades la segunda mejor votación. En César, Magdalena, Bolívar, Córdoba, y Sucre, los departamentos más uribistas, Mockus sacó la mitad de su votación promedio en el resto del país.
Vargas Lleras, que se creía ganaría Barranquilla porque Elsa Noguera y su senador estrella Fuad Char son de allí, llegó de cuarto. Y eso que a Vargas Lleras fue al único que le ayudó su fórmula vicepresidencial, ya que sacó cinco puntos más en Barranquilla y tres más en la Costa Atlántica que su promedio nacional.
Los demás candidatos no ganaron más votos en los lugares de donde son oriundos sus fórmulas vicepresidenciales, y en algunos casos les fue incluso peor. Frente a su promedio nacional, Juan Manuel Santos sacó 12 puntos menos en Cali y casi diez en el Valle, de dónde es Angelino Garzón. Mockus sacó en Antioquia un punto menos que en el resto del país y en Medellín, sólo sacó tres puntos más que su promedio nacional. Aníbal Gaviria no le puso más votos a Pardo en Antioquia y en Medellín no llegó ni al tres por ciento. Y Petro, pese a tener como fórmula a la ex secretaria de gobierno de la ciudad, le fue peor en Bogotá que en el resto del país. Y a Noemí Sanín, que había arrasado en el Valle en la consulta conservadora, sacó solo el 8 por ciento y ni siquiera estuvo entre los cuatro punteros de Cali.
Los primivotantes defraudaron
A pesar de la gran afluencia de votantes que se reportó en varios lugares del Bogotá y otras zonas del país, el nivel de abstención resultó siendo incluso mayor al de las elecciones al Congreso, con menos de 15 millones de votantes y una abstención del 51 por ciento. No hubo la votación masiva que predijeron los encuestadores ni los analistas, ni los medios viendo la cantidad de gente en las urnas.
Y la incógnita de los primivotantes se resolvió y se resolvió en contra de Mockus. El millón de personas adicionales que supuestamente iban a ayudar a Mockus no se reflejó en las urnas. La abstención sólo mejoró dos puntos porcentuales. Y la probabilidad de que esos votantes salgan en la segunda vuelta, ya es un mito.
También es un hecho que el voto útil no funcionó como lo habían anticipado los analistas. Aunque se creía que dado lo cerca que Mockus y Santos aparecían en las encuestas, el voto útil se impondría el día de elecciones polarizando la votación entre los dos ganadores, esto no sucedió.
El excelente desempeño de Germán Vargas Lleras y de Gustavo Petro en los debates y sus consignas de que la primera vuelta era para el voto programático y por el que realmente le gustaba a la gente y no contra alguien, caló. Los votos de los petristas que en algún momento se contagiaron de la ola verde, Mockus los perdió cuando inexplicablemente dijo que el discurso de Petro podría justificar a la guerrilla. Y un porcentaje de sus votos también se fue para donde Vargas Lleras, que triplicó los pronósticos de los encuestadores. Tocará ver si Mockus logra recuperar esos votos en segunda vuelta.
¿Qué significa esto?
Los resultados de la jornada electoral significan básicamente que el país sigue siendo uribista y que si bien la maquinaria de la U ayudó mucho a Santos, la gallinita Doña Rumbo del Presidente Uribe y sus metáforas de los huevitos repetidas por él sin cesar en todas las emisoras del país y por televisión durante la última semana surtieron su efecto. La votación de Vargas Lleras y de Juan Manuel Santos suman el 70 por ciento que sigue al Presidente Uribe.
Las alocuciones presidenciales y los movimientos de maquinaria de último momento son los dos únicos factores que parecen haber cambiado en las últimas semanas. Porque si bien los dos últimos debates presidenciales podrían haber convencido a algunos electores de votar por Vargas Lleras en cambio de por Mockus, a Santos le fue tan mal o peor que a Antanas tanto en el debate de RCN como en el de Caracol. Por lo cual, parecerían no haber sido determinantes de la victoria de Santos.
"Si se sigue haciendo campaña, si se siguen haciendo debates, y no nos deja el Consejo Nacional Electoral hacer encuestas la última semana no podemos monitorear técnicamente lo que está sucediendo", dijo a La Silla Vacía el encuestador Napoleón Franco, que hace la encuesta de RCN y Semana. "Es como si uno le quita el escanner a un enfermo y una semana después este se muere o se mejora. No sabes qué pasó".
Aunque Franco incluyó una nota metodológica advirtiendo que su última encuesta no podía pronosticar a una semana de las elecciones el comportamiento electoral del domingo, más aún cuando había un 9 por ciento de indecisos, en todo caso le parece sorprendente que Santos le haya sacado esa ventaja a Mockus en los últimos días. Máxime cuando fueron cuatro encuestadoras distintas las que pronosticaron un empate técnico. Aún con esta explicación, los encuestadores son otros de los grandes perdedores de esta jornada electoral.
¿Está todo decidido?
Estos resultados electorales tendrán un impacto grande en la segunda vuelta. Aunque nada está garantizado todavía, y todo podría cambiar en las próximas tres semanas, estos resultados favorecen ampliamente la candidatura de Juan Manuel Santos.
Dado que los que querían una continuidad uribista estaban ya casi todos con Santos, y los que querían un cambio con Seguridad Democrática estaban fragmentados entre Mockus, Vargas Lleras, Noemí Sanín, Pardo y Petro, el que Santos haya ganado más puntos que Mockus no es sorprendente. Pero el gran márgen con que lo hizo sí lo es.
Al haber doblado a Mockus, Santos le ofrece a los políticos un incentivo fuerte para irse con él y eso lo pone a pocos metros de la Casa de Nariño. Los políticos liberales, conservadores y de Cambio Radical (y quizás la Anapo de los Moreno Rojas) estaban esperando los resultados del domingo para decidir sus adhesiones en segunda vuelta. Para los políticos (como para todo el mundo, en realidad), la supervivencia es muy importante, y casi nadie querrá montarse en el bus perdedor.
Rafael Pardo ya dijo en su discurso de cierre que le propondrá a su bancada que los políticos liberales queden en libertad para apoyar el candidato que prefieran. Así Pardo tenga más afinidades programáticas y personales con Mockus, no le quedaba fácil obligar a su bancada a irse con el candidato Verde. Los liberales llevan doce años fuera del poder, y los chances de una victoria mockusiana parecen más improbables después de la apabullante ventaja que le sacó Santos. El principal interés de Pardo es salvar al Partido Liberal, al que él ha intentado depurar y modernizar.
Lo mismo le sucede a Noemí Sanín. Aunque ella seguramente preferiría adherir a Mockus, con quien tiene una mejor relación personal, los políticos conservadores que no están ya con Santos se irán con él (salvo los más pastranistas como Telésforo Pedraza). Y quizás por eso, Sanín no dijo nada al respecto en su alocución final, que ni siquiera fue en persona. Envió el video a los medios.
Igual, quedó demostrado que los políticos liberales y conservadores no le marcharon ni a Pardo ni a Sanín. Si no lo hicieron en la primera vuelta que era la que importaba, menos lo harán en la segunda.
Si Germán Vargas Lleras se adhiere a Santos, su partido quedará partido en dos. Aunque el ala galanista, conformada por Germán Varón, Carlos Fernando Galán, Rodrigo Lara, Alfonso Valdivieso le obedece a Vargas Lleras, preferirán no irse con el candidato de la U. La propuesta de una política transparente de Mockus tiene una gran identidad con la bandera anticorrupción de Luis Carlos Galán y hay mucha antipatía en este grupo frente a Santos y el grupo que lo acompaña. Pero Javier Cáceres, Celis y los demás congresistas de Cambio Radical si no están ya en la sede de Santos, lo estarán mañana. En todo caso, por lo menos Cáceres no parece haber activado su maquinaria a favor de Vargas Lleras, dados los resultados electorales que tuvo Cambio Radical en Cartagena y Bolívar.
Para no romper el partido por completo, Vargas Lleras, uno de los grandes triunfadores de la jornada, seguramente dará un paso al costado, y conservará su buena imagen para convertirse en un jugador importante hacia el 2014. O adherirá a Santos.
En las toldas del Polo, hasta el sábado, un poco más de la mitad del directorio abogaba por el voto en blanco, y el resto a favor de una adhesión a Mockus. Esto era cuando una victoria verde parecía muy posible. Con estos resultados, no es claro qué harán.
En su discurso del domingo, que parecía más una colección de arengas de culto, que el discurso de un político que se está jugando su Presidencia, Mockus incorporó por primera vez la posibilidad de coaliciones políticas. Y con el primero que las tendrá que hacer es con el Polo Democrático, que posiblemente jugará a hacerse el difícil pero que sería muy raro que prefiriera votar en blanco y concederle el triunfo al uribismo que tanto los ha perseguido en los últimos ocho años.
¿Y los ciudadanos?
La pregunta del millón ahora es si los ciudadanos seguirán a los políticos, o en segunda vuelta votarán por el candidato que más les guste. Si es así, posiblemente la mayoría de los liberales, de los noemicistas y de los petristas (si Mockus les deja de cerrar la puerta en la cara) podrían inclinarse por Mockus. Los de Vargas Lleras seguramente se repartirán por mitades. Y eso es lo único que necesitaría Santos para ganar: que la mitad de los conservadores noemicistas o la mitad de los vargaslleristas se vayan con él.
Por eso, el futuro de la ola verde dependerá no solo de que la campaña de Mockus haga un cambio de estrategia, una 'reingeniería' como la que hizo Santos para detenerla (obviamente sin un J.J. Rendón) y vuelva a recuperar su impulso. Por ejemplo, mostrarle al país quiénes integrarían su gabinete. Sino también de hechos externos que le ayuden como le sucedió a Barack Obama con la crisis bursátil en los últimos días de su campaña.
Tocará ver qué pasa ahora con la ola verde, y si se deja ahogar con esta derrota. Que no es la definitiva.
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Nota de la Editora: Esta historia fue actualizada a la medianoche.