Un corte de cuentas ¡Ya!
Por ello, los candidatos presidenciales deberían analizar con juicio el estado de la economía del país y mirar el polvorín que les puede estallar en sus manos desde el 7 de agosto. ¿O será acaso que sus asesores no les han advertido que el aparato productivo está estancado, que la crisis de la salud no se supera ni con dos reformas tributarias y que, menos aún, habrá con qué atender la próxima crisis que se viene encima, la pensional?
Un corte de cuentas debería tener en cuenta que el próximo Gobierno heredará los problemas de una política económica que ha privilegiado a los empresarios mediante el otorgamiento de generosas exenciones tributarias -del orden de 10 billones entre 2005 y 2008-, y una política social puramente asistencialista para los pobres a través de programas como Familias en Acción. Y es que si hay algo que dejará una mancha negra en la gestión de este último período son los desenfoques en las políticas para lograr igualdad. Baste decir que el índice de Gini en 2008 fue de 0.59, uno de los más altos del mundo, y que de acuerdo con el PNUD, en Colombia el 49.1% de los ingresos en el último año se concentraron en un 10% de la población más rica y que el nuestro está clasificado como el segundo país con mayor desigualdad económica y social en América Latina.
No se aprovechó el periodo de alto crecimiento (2003 – 2007) para hacer las reformas económicas y sociales, y por la aplicación de un modelo pro-rico no se generó empleo de calidad, se quebró el sistema de salud –hay que decir que sólo 8 millones, entre trabajadores "formales" y pensionados, financian el sistema de salud-, se ahondó la brecha entre ricos y pobres, se agudizó, como nunca antes, la crisis del sector rural y se debilitó la institucionalidad en materia de medio ambiente.
Un colombiano que quiera mirar la otra cara de la moneda –con una óptica diferente a la de la dirigencia gremial- deberá tener presente que el 2009 fue el de más bajo crecimiento en la década (0,4%) y tal vez, lo más grave: que la industria, el comercio y el sector de transporte –los que generan el 85% del empleo- se comportaron de forma negativa, mientras que el crecimiento fue impulsado principalmente por la minería que apenas demanda el 1% de los empleos y la construcción, es decir los que menos puestos de trabajo digno ofrecen. De los 2,23 millones de empleos generados desde 2006, el 73% corresponden a trabajadores por cuenta propia, lo cual significa que viven del rebusque.
De cara a lo que viene, como está la situación del país, no hay duda de que quien asuma en agosto deberá tener claro que lo más importante para hacer está en la esfera de lo económico, con tareas de fondo como las reformas tributaria, laboral, agraria y las no menos importantes en materia de salud y pensiones. Es evidente que quien suceda Uribe le va a pasar lo mismo que al que llega tarde a la fiesta: va a encontrar la olla raspada. De la que se salvó Uribe III, como dijo en estos días Juan Camilo Restrepo.