10 de octubre de 2024

Puente Helicoidal Dosquebradas

5 de abril de 2010
5 de abril de 2010

No obstante, las culturas no son homogéneas; dentro de ellas se encuentran grupos o subculturas que hacen parte de la diversidad al interior de las mismas en respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante. El pasado martes 30 de marzo por iniciativa de la Asamblea de Risaralda y en especial de su Presidente Doctor Ancizar Duque, se reunieron diputados, concejales, presidentes de Juntas de Acción Comunal, ex alcaldes, historiadores, poetas, periodistas, para celebrar un conversatorio por la identidad del municipio de Dosquebradas, pero en especial, para rechazar la Resolución 004136 del 3 de Septiembre de 2009, “por la cual se rinde homenaje al ex presidente Julio Cesar Turbay Ayala, asignándole su nombre a una obra de interés público”: el puente helicoidal.
El conversatorio cumplió su objetivo. Rechazar enérgicamente el nombre del puente impuesto desde Bogotá, nombre que si bien es cierto tiene todos los reconocimientos y derechos del mundo, no despierta sentimiento de pertenencia con nuestra tierra, y precisamente en el municipio, al que sirios y troyanos identifican y critican de no tener identidad.
Recordemos que el “nombre” forma parte del valor de las cosas, de las personas y de los lugares. En el nombre están representados el valor, la esencia y buena parte de la existencia de las cosas que nombramos. Platón estaba convencido que el nombre viene a ser el sonido de las cosas, la voz que de ellas emana, su espíritu. Por eso todas las culturas tuvieron siempre el máximo cuidado en ponerles a las personas, a las cosas y a los lugares, el nombre que les correspondía, por entender que éste era el portador genuino de sus valores y de su esencia. Uno de los grandes dones que tenemos los seres humanos, es la capacidad de bautizar las cosas. Cuando nuestros ancentros bautizaron los sitios geográficos de estas tierras, estaban dándonos formas de distinguirnos de los demás; por eso nosotros que hacemos parte de ésta generación que ha visto nacer, crecer y terminar el Puente Helicoidal, tenemos el derecho y el deber de darle el nombre que queremos y no el impuesto por otras personas que no solo no nos conocen, sino que no nos respetan.
A MANERA DE CONCLUSION. Nombres para el puente hay muchos: históricos, míticos y geográficos. Pero, si queremos que Dosquebradas tenga identidad, es decir recordación nacional con el nombre del puente, no puede ser otro que Puente Helicoidal Dosquebradas. Con ello, estaremos reafirmándoles a propios y extraños que pasan por Dosquebradas. Finalmente si cambien la resolución, bien. Basta que, periodistas, gobernantes y opinión pública en general, empecemos a llamar el puente, Puente Dosquebradas y punto. El resto lo hará la historia.La Tarde.