AYER,HOY Y MAÑANA
Mi padre europeo-tenía sangre de varios países y le disgustaba que lo enmarcaran como español,italiano,griego- y mi madre colombiana,me llevaron a Madrid aún jovenzuelo y me pasearon por la ya centenaria rúa.Y cada vez que voy a Madrid quedo imanado a su trayectoria. Termino en alguno de sus rincones tomándome una caña o sentado perezosamente en una de sus bancas viendo discurrir la humanidad. Divirtiéndome con las hordas de turistas gringos y del continente, que buscan hacer rendir sus euros almorzando con un bocadillo y una coca cola o un vino de la casa.Y , desde luego,a la espera de que abran alguno de sus teatros, por donde desfilan las películas y las comedias y los ballets de moda en la capital inmortalizada por Don Agustín Lara. Yo diría que me sé de memoria los sitios que hay entre la Plaza España y Callao, cuya plazoleta es el punto de encuentro con parientes y amigos.Allí decidimos si nos vamos de tapas o a darle un vistazo a la música de Finac o a las librerías o al Corte Inglés,en una agradable rutina que no desaparece.Pero lo me extasía es la arquitectura de sus edificios.Antes que las vitrinas, hay que admirar su patrimonio urbano, que por grato destino permaneció imbatible a pesar de los desafueros de la Guerra Civil de l.936, que arrasó con inmumerables iglesias,conventos ,palacios etc.Sobre la Gran Vía encontrará usted Hoteles y hostales para todos los bolsillos.Si es de buenas y le dan visa, no dude en irse a las celebraciones del centenario y pasar por Chicote, el emblemático tertuliadero madrileño,así sea solo para tomarse una foto en su portada, porque lo convirtieron en un desangelado salón , ajeno por completo a lo que según Agustín Lara era donde se reunía la crema de la intelectualidad.
Pero no me da remordimiento permanecer en Colombia. En Bogotá. Aquí disfruté de las elecciones parlamentarias. Del Festival de Teatro. Y de la Semana Santa.De las elecciones, ya les he contado. Del Festival, lo haré en próximas columnas. Y de la Semana Santa,como soy creyente católico, me fuí por las Iglesias bogotanas y quedé sorprendido con las manifestaciones de fé con que me encontré. Las procesiones, muy concurridas.Sus asistentes con trajes informales en los que predominaban los bluyines.Nada de medioslutos ni mantillas ni estrenes notorios. Me decía mi primo que era el pueblo raso el que iba detrás de las imágenes, porque la mesocracia y la oligarquíe se trasladaba masivamente a Cartagena, Villa de Leyva y Anapoima. La mesocracia, a Melgar,Girardot e intermedias.Auncuando también al eje cafetero.La gente del común aprovecha para rogar por un empleo, por la salud,, por una casa propia.No sé si también por la salvación de sus almas,porque los confesionarios permanecieron vacíos. Especial atención me llamó lo de quienes cargan en andas las imágenes. Los cargueros. Iban tres o cuatro relevos por imagen. Querían meter el hombro en una especie como de pago de penitencia. Me dijeron que desde tiempos inmemoriales familias enteras se dedican a este oficio, que van heredando de generación en generación.Que en Popayán, Mompox, Salamina, Pereira y no sé si en Manizales, es un altísimo honor hacer parte de esa cofradías. Y debe ser así, porque traté de que me cedieran la carga para un corto trayecto y me lo negaron casi que con indignación. Como si fuera un acto de vil lagartería política religiosa.Vine a comprenderlo así,cuando ví en El Tiempo, con los ojos brotados por el esfuerzo,o será que son así, ojibrotados, a los candidatos presidenciales Juan Manuel Santos y Rafael Pardo, midiéndosele al pichoneo en las procesiones de Popayán. El pichoneo, aclaro para los mal pensados, es una práctica mediante la cual unos lagartos insignes llevan las pesadas imágenes por unas pocas cuadras, hasta que se las entregan a los cargueros de verdad, a los titulares.Esta costumbre de revolver política con religión me ha sorprendido.Y creo que es aceptada, porque Angelino Garzón,dizque se fué ante el Milagroso de Buga, con Santos , a lagartiase la Presidencia. Y Alvaro Uribe donde el Padre Marianito, que hace ochas en Antioquia con los milagros, para que le hiciera el de la reelección, con los resultados conocidos, lo que provocó la protesta, por la arrodillada de Uribe no por el fracaso del referendo, de ateos confesos como Alvarez Gardeazábal, Carlos Gaviria y Humberto de la Calle,en aras de la libertad de cultos.Pero que se han quedado silenciosos en esta oportunidad,talvez porque son de sus laicas entrañas los candidatos camanduleros. Porque pa' godos, los liberales colombianos.¡Eh Ave María!De manera, que me divertí en Semana Santa. Casi como que si estuviera en la Gran Vía. Y eso que no supe de Nohemí,Germán Vargas y Gustavo Petro. Ni de Mockus, que es posible que estuviera enjugando las lágrimas del rostro doloroso de Fajardo .