28 de marzo de 2024

¿Qué se decide hoy?

14 de marzo de 2010

Así que hoy vamos a las urnas para afirmar que somos diferentes y que tenemos saberes e intereses diferentes. Por eso no elegimos uno sino 282 representantes que van a deliberar por nosotros, que van a adoptar las leyes para todos y que van a controlar al Presidente. Son 16 listas para Senado o 16 proyectos de país, que van desde lo docto a lo bizarro y van de lo mafioso a lo impoluto. Y de entrada este hecho significa que hoy su voto sí cuenta.

De su voto depende que tengamos congresistas honestos o mañosos, competentes o ineptos, de ayer o de mañana. Depende cuántos y cuáles partidos quedan, cuáles nacen y cuáles pierden su personería. Depende si seguimos con partidos verdaderos o con un caos de “partidos” de bolsillo. Dependen la composición y la fuerza relativa de las bancadas, lo que a su vez determina si el próximo gobierno podrá funcionar y si la oposición podrá ejercer su contrapeso.

Pero además de las cosas habituales, estas serán las primeras elecciones post Uribe. Uribe fue excepcional en muchas cosas, y una de ellas fue invertir la relación entre los congresistas y el candidato presidencial del partido: antes los congresistas ponían sus votos al candidato, en cambio a Uribe se le colgaban los congresistas. O sea que sin Uribe las elecciones de hoy son decisivas para escoger al nuevo Presidente: ¿cuántos parlamentarios saca cada candidato y a cuántos más consigue de aquí a Mayo?

El sucesor casi seguro es Santos – y este casi significa que Santos necesita que la U barra en las urnas para poder arrastrar lo que le falta. Pero Sanín es la única capaz de derrotar a Santos y por eso yo diría que hoy domingo se elige al nuevo Presidente, y que se elige en la consulta “interna” del conservatismo. Es el absurdo de una consulta abierta, pero esta vez los ciudadanos vivos se avivarán a confirmar o a derrotar a Santos desde ahora.

Arias y Noemí recibirán más votos de los que tienen, y esto perjudica la consulta de los Verdes. Es una lástima porque éste es el Partido del país moderno, porque por fin se armó un proyecto colectivo, y porque Mockus, Peñalosa y Lucho son lo mejor que tiene la política. En todo caso, los soñadores votaremos la lista Verde al Congreso para que esta opción sobrepase el umbral y pueda ser de veras la esperanza de Colombia. Ojalá que Fajardo se les sume, porque es aquí donde él pertenece.

Las elecciones de hoy también están mostrando que el uribismo es mucho menos sin Uribe. Después de ocho años de copar todo el espacio, la gente ha comenzado a mirar hacia los lados. Santos, Arias, Sanín, Vargas Lleras y el PIN compiten a codazos por parecerse a Uribe; pero el caudillo -por definición- es único y la gente, ya con menos entusiasmo, se pregunta quién de verdad es “el hombre” de Uribe: la duda debilita.

Paradójicamente, la oposición también quedó debilitada. Al fin y al cabo no fue ella quien frenó la reelección, sino los jueces tras ocho años de chocar con Uribe. Y en estas circunstancias ni el Partido Liberal ni el PDA han logrado conectar con la opinión o presentarse como opciones de futuro: la oposición arriesga perder fuerza en sus fortines, el Polo en Bogotá y el Partido Liberal en las regiones.

No menos importante, hoy se decide qué tanto se ha limpiado o se ha ensuciado la política en Colombia. Hay 420 municipios en alerta electoral por causa de la violencia, de “la politiquería y la corrupción” que Uribe iba a acabar, hay el carrusel de las esposas o los hijos de los inhabilitados, hay el PIN y hay el partido de DMG, hay también lo cacaos, los monopolios y la gran prensa detrás de muchos candidatos “de bien”. Usted elige.