28 de marzo de 2024

¿Qué hacer con la corrupción electoral?

17 de marzo de 2010

Pensamos que el camino es sensibilizar a los colombianos y emprender un lobby muy activo en los partidos políticos y en el Congreso para que haya una reforma política y electoral que permita el tránsito de nuestro sistema democrático a niveles de transparencia y seriedad que hagan innecesaria la vigilancia de la MOE. Es indispensable que el país reaccione con sensatez y se dé un tipo de democracia como la que funciona en las naciones políticamente más civilizadas. Pues es claro que en lugar de avanzar, tras innovaciones aparentes como el tarjetón, el voto preferente, el umbral y la cifra repartidora, hemos retrocedido vergonzosamente con la acentuación de prácticas repugnantes como la compra del voto y el trasteo de electores, que han desbordado, desafiantemente, todos los controles. A lo que hay que añadir la alarmante debilidad de la institucionalidad electoral, empezando por la Registraduría.

Me decía uno de los delegados internacionales de la MOE que la compra de electores aquí le había parecido tan abierta como la que ha presenciado en África. Y leía el domingo en EL HERALDO, en el suplemento Latitud, en una entrevista de Jorge Cura a Juan J. Slebi, la afirmación del ex senador de que en las elecciones de hoy hay más dinero, más corrupción. Recuerdo que en esta ciudad, cuando la gente votaba en la calle Murillo, predominaban, digamos, estímulos más inocentes a los votantes como la camiseta, el ron, y el sancocho o el pastel. Luego empezó a imponerse la compra del voto, que, según Slebi, introdujeron las minorías conservadoras. Fueron éstas, asegura, las que “prostituyeron la política en el Atlántico”. Es una tesis interesante y nunca la había oído. Pero creo que al combativo ex parlamentario se le olvidó decir que después la práctica la asimilaron eficientemente los liberales clientelistas.

Desde luego, una buena reforma política y electoral no es fácil que tenga un favorable ambiente en el Congreso que acababa de elegirse, donde predominan las maquinarias y abundan los agentes políticos ligados a las malas prácticas electorales. Pero creemos que la MOE debe apuntarle a ese objetivo. Y debería adelantar la tarea con un fuerte acompañamiento nacional y el respaldo de las entidades de cooperación internacional que desean un mejoramiento sustancial de la democracia colombiana.
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Después de conocerse los resultados en favor del Voto Caribe, viene lo más retador: cómo se va a traducir ese masivo mandato costeño en la organización de un nuevo modelo de Estado, sobre lo cual ha sido insistente el gobernador Eduardo Verano, líder indiscutible de esta iniciativa. Tras el entusiasmo, toca organizar esta discusión. El Heraldo.