Miles de latinos marcharon en EE.UU.
Llegaron desde todos los estados del país descontentos, molestos, decepcionados, pero al mismo tiempo dispuestos a gritar hasta el agotamiento: “Aquí estamos y no nos vamos y si nos echan nos quedamos” u “Obama escucha, estamos en la lucha”.
A esta marcha, una de las más grandes que se ha realizado en el último año en Washington, llegaron con sus hijos, sus amigos, sus vecinos y un ejército de estadounidenses dispuestos a ayudarlos en su causa: una reforma inmigratoria justa y humana y en abril. Plazo que, sin embargo, será imposible cumplirlo.
“No queremos más promesas”, dijo Marco García, dirigente de un movimiento de inmigrantes que llegó desde Boston. “Estamos demandando que cumpla con lo que ofreció hace un año. Por eso estamos aquí. Votamos por él y nos está dejando a un lado”.
Los inmigrantes exigen que empiece el debate el próximo mes, pero su marcha se realizó en uno de los momentos menos favorables para ellos. En un país con casi el 10% de desempleo, sumergido en una recesión económica, a las puertas de elecciones intermedias y con los republicanos y demócratas incapaces de acuerdos.
Pese a su esfuerzo con más de 700 coaliciones unidas por “Una sola América”, los inmigrantes ayer no fueron los protagonistas en Washington, pues el país estaba pendiente del congreso con el tema de la reforma de salud.
Por ello, la sorpresa de la jornada fue un mensaje grabado de Obama: “Siempre he jurado ser su socio en los esfuerzos por arreglar este sistema migratorio quebrado y ese es un compromiso que reafirmo hoy”.
Hasta Washington también llegaron agrupaciones de Chicago, entre ellos un grupo de jóvenes polacos que fue a pedir por la residencia de sus amigos y de los latinos. “Esto no se trata de un color o de una bandera, es un derecho humano”, dijo Maciej Golko, quien se declaró decepcionado del Presidente.
Las deportaciones y las redadas es una tragedia entre las familias de los inmigrantes, es quizá por eso que las pancartas más conmovedoras las llevaban los incontables niños. “Por favor no deporten a mi papi”, se leía. Los inmigrantes cerraron su jornada cerca de la Casa Blanca y del Capitolio y prometiendo volver el 1 de mayo.
La ley de salud de Obama pasó
La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó anoche la reforma al sistema de salud del país, que había sido la máxima prioridad doméstica de Barack Obama desde la Casa Blanca.
El proyecto de ley es la mayor reforma social en décadas y apunta a ofrecer a 32 millones de estadounidenses no asegurados el acceso a un seguro médico privado, el cual será financiado con un sistema de ayudas públicas.
En una reñida votación en la Cámara de Representantes, los demócratas obtuvieron 219 votos a favor sobre 212 -se requerían 216 para la aprobación de la reforma a la legislación de salud-. Los republicanos (en total 178) no votaron a favor.
Antes de la reunión en la Cámara había dudas en torno al alcance de las reformas frente a casos de aborto. Anoche, la Casa Blanca y un grupo de demócratas que se oponen el aborto llegaron a un acuerdo para que Obama emitiera una orden ejecutiva que mantiene la prohibición de usar fondos fiscales para abortos.
Eso despejó el camino para aprobar la reforma. La propuesta amplía el plan de salud de Gobierno para los pobres, impone nuevos impuestos sobre las personas con mayores ingresos y prohíbe prácticas como rechazar cobertura a personas con enfermedades crónicas.
Asimismo, plantea que los seguros médicos incluyan en las pólizas de los padres a los niños y adolescentes hasta los 26 años.
La reforma costará cerca de USD 940 000 millones en 10 años. La votación envía el proyecto de reforma, ya aprobado por el Senado, al presidente Obama para que solo lo firme y lo convierta en ley. Reuters y Ansa