28 de marzo de 2024

Lo que pasó y lo que viene

22 de marzo de 2010

Por un lado quedó  demostrada la fortaleza de nuestra democracia. En efecto, durante ocho años todo giró en torno al Presidente Uribe y mucho le apostaban a una verdadera hecatombe en las elecciones, si la posibilidad de la segunda reelección desaparecía. Por el contrario, el pueblo y la democracia demostraron madurez y sensatez. Ya se sabía que Uribe no podría volver a aspirar y la gente salió, en proporciones muy similares a las de elecciones pasadas, a votar por los candidatos de su preferencia. Se demostró algo que muchos dudaban: Colombia y sus instituciones seguirán existiendo y fortaleciéndose después del 7 de agosto de este año.

Por otro lado, aún sin Uribe seguimos siendo una sociedad uribista. Los resultados han demostrado que los conservadores (que fueron totalmente uribistas) y los uribistas ocupan más de la mitad de los escaños en el Senado. Ideas de orden y de fuerza siguen teniendo gran aceptación en nuestro país y, proporcionalmente, no hay espacio para propuestas serias de negociación al conflicto. Hasta ahora nadie ha hablado de proceso de paz, aunque todos deben tener claro que la guerra irregular no se podrá acabar exclusivamente a plomo.
Por último, quedó demostrado que somos un país de contrastes. Tenemos, al mismo tiempo, candidatos que obtuvieron importantes votaciones de gente que de manera libre y espontánea votó y; por otro lado, dineros abiertamente ilícitos que compraron los votos de candidatos sin ideas y sin respaldo popular.
Así es nuestra sociedad: compleja, contradictoria y difícil de definir. En algunos aspectos podemos ver el futuro con optimismo y a nuestras instituciones con orgullo republicano y, a los pocos minutos, debemos avergonzarnos de los que hemos construido como democracia. Pero esto es lo que hay y con base en esto es que debemos construir el futuro. La Nación.

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