La salud, un negocio corrupto
De acuerdo con las cuentas del director de la institución, el Issq le debe al hospital $69.000 millones, en compromisos acumulados que cada día crecen. En el 2008 el hospital pasó una cuenta de cobro por los servicios prestados a los ciudadanos del Quindío por $22.000 millones y sólo le giraron $10.000 millones. El año pasado, 2009, pasó una cuenta por $18.000 millones y sólo le giraron $8.000 millones. ¿Para dónde se va esa plata que debería ser usada para aliviar los pacientes? Los invito a que miremos un ejemplo, el del municipio de Calarcá.
Hay un rubro que se llama Acciones colectivas de Salud, cuyos recursos provienen de la subcuenta Salud Pública, que el municipio recibe por medio del Sistema General de Participaciones, y por tanto tiene destinación específica, no puede utilizarse en otra cosa. Pues bien, el año pasado, el municipio de Calarcá recibió por este rubro $405 millones, que debe destinarse, el 100%, a acciones colectivas de salud pública, según las normas vigentes. Esos planes, que en su mayoría son actividades de prevención, deben contratarse, también en un 100%, con IPS públicas ubicadas en el área de influencia del respectivo municipio, de acuerdo con su capacidad técnica y operativa. En otros términos, debió de contratarse los $405 millones, en su totalidad, con el hospital La Misericordia, que tiene capacidad técnica y operativa para tal fin.
Sin embargo, el alcalde de Calarcá Carlos Enrique López Murillo contrató con la Cooperativa de Trabajo Asociado Semcol, el 56% del total de las acciones colectivas de salud, $233 millones, cuando se lo prohibía expresamente la ley. Semcol es un fantasma, que no está especializado en los temas de salud, y que apareció cuando López Murillo se posesionó como alcalde. Con esta cooperativa, incluso, el alcalde ha contratado otros servicios en las secretarías de Hacienda, Planeación, Gobierno, Servicios Sociales, etc., por un monto total de $1.755 millones. ¿Cuál es el interés de beneficiar a una cooperativa de trabajo asociados y no al hospital La Misericordia? Pues echarle mano a unos pesos para el bolsillo de unos cuantos, y miremos el caso de Armenia, donde varios concejales, con la complicidad del ex alcalde David Barros Vélez, crearon cooperativas similares, hicieron de las suyas con el dinero público y ahora están encartados en la Fiscalía Seccional. Razón tiene el científico genetista colombiano Emilio Yunis cuando dice: “La Emergencia Social no se decretó para brindarle más salud a la gente, sino para resolver un problema económico, en un país donde la salud es un negocio”.
El principal poder del Estado reside en el poder local. Si un municipio tiene un buen alcalde, honrado, honesto, diligente y competitivo, la población gozará de excelentes servicios de salud, educación y empleo. De lo contrario, con la mesnada de corruptos que elegimos cada cuatro años, estamos, nosotros mismos, condenados a padecer el pésimo servicio de salud que estamos viviendo y la desmesura de la pésima calidad de educación que nos están ofreciendo. Así, nos mantenemos en el atraso, con la vida pendiendo de un hilo, y en el pre-modernismo.La Crónica del Quindío.