En suma esta es la conclusión de lo que sucedió este 14 de marzo
Fajardo recibió una lección de real politik, y de humildad. Y a los Verdes, les premiaron su capacidad de unirse tras un objetivo común más importante que sus propios egos.
Veámos por qué.
Ya no cabe duda alguna de que el uribismo sigue siendo la fuerza mayoritaria del país, aún sin que Uribe pueda ser candidato presidencial. Contados la tercera parte de los votos, el Partido de la U conseguía el primer lugar de votación a Senado y a Cámara. Le seguía, muy de cerca el Partido Conservador, también fiel uribista hasta el final. Y el tercer partido oficial, con listas hechas de otros partidos que desaparecieron en gran parte porque sus miembros terminaron enredados en la parapolítica, consiguió posicionarse como la cuarta fuerza política del país.
Con estos resultados empieza a aparecer cada vez más claro que bien puede pasar que en la primera vuelta queden de primeros dos uribistas. Uno de ellos, Juan Manuel Santos de la U, que no sólo gana encuestas, sino que detrás tiene organización política suficiente para hacer las proyecciones de los sondeos una realidad. Y el otro, bien puede ser Andrés Felipe Arias, si la leve ventaja que muestra hasta ahora en la consulta conservadora frente a Noemí Sanín se mantiene.
¿Se dará una alianza Santos-Arias para la primera vuelta presidencial, sumando así las dos maquinarias que acaban de demostrar su poder poniendo casi el 50 por ciento de los votos al Congreso? Quién sabe si esa sea la salida y si el Partido Conservador se resigne sumarse a la candidatura de Santos. Es quizás más probable que se presenten los dos, con la tranquilidad que sumados, y capturando también los votos del uribista PIN terminen por dejar por fuera la posibilidad de que un opositor al gobierno quede en juego para la segunda vuelta.
Los partidos opositores a Uribe, el Liberal que quedó como tercera fuerza, y Cambio Radical, que se peleaba con el PIN el cuarto lugar en la votación al Senado (con 34 por ciento de las mesas escrutadas), tendrán que sumar fuerzas si quieren tener alguna opción en la primera vuelta. Si llegan divididos, es probable que sucumban ante la aplanadora uribista.
El Polo Democrático muestra un duro revés en esta contienda. Se había posicionado como tercera fuerza política, y en la elección a Senado va perfilándose como la sexta fuerza política del país. Sus opciones se vieron mermadas por la fractura interna y seguramente por un voto castigo muy severo en Bogotá por el pobre desempeño de Samuel Moreno. En Cámara para Bogotá, el Polo perdió ante la arrolladora fuerza de los tres ex alcaldes y el buen trabajo del Mira.
Así, las posibilidades de Gustavo Petro para la ronda presidencial se ven mermadas, salvo que logre conseguir alguna alianza con los liberales. Pero estos tendrán que decidir entre Cambio Radical o el Polo, porque no es se ve como posible que Petro y Vargas Lleras, el uno de izquierda y otro de derecha consigan cerrar su enorme distancia ideológica y lleguen a algún acuerdo. De todos modos, entre Vargas, Pardo y Petro sería difícil adivinar cuál depone sus opciones personales para aumentar las probabilidades de poner un anti-uribista en la Casa de Nariño.
A juzgar por lo que arrojaban las encuestas, siempre se creyó que Sergio Fajardo tendría una opción bastante firme para llegar de segundo en la primera vuelta de mayo. Después de esta derrota, eso ya no parece posible. Según los datos disponibles, Compromiso Ciudadano de Fajardo no alcanzaría el umbral para conseguir si quiera una curul en el Congreso. Ahora estará arrepentido de no haber aceptado alianzas con los Verdes cuando éstos se la ofrecieron en bandeja.
En medio de un panorama un poco desolador, en cuanto a renovación de la política se refiere, el Partido Verde hizo una demostración muy interesante. Los ciudadanos premiaron su esfuerzo de haber depuesto los egos de los ex alcaldes, que no eran menores, y haber construido una opción más grande que ellos, al servicio de la renovación de la política, y con una promesa de buen gobierno como el que ejercieron en sus respectivos períodos como alcaldes de Bogotá.
Como una gran sorpresa, pues no habían despertado demasiadas expectativas en las encuestas, los Verdes puede llegar a alzarse con una votación considerable, sumando los votos de la consulta (quizás superen los 700 mil votos), cuatro cupos en el Senado, y algunos más en Cámara.
Este triunfo, si bien no los coloca entre los potentados electores, sí les abre una opción negociadora interesante con miras a las elecciones de mayo, bien sea con el Liberalismo o con el Polo. De todos modos se harán sentir por cuatro años más desde el Congreso con una voz innovadora y refrescante, en tiempos en que, según lo hemos constatado en esta elección con el sospechosísimo auge del PIN, la política non santa sigue presente en el Legislativo, quizás con más fuerza que antes. Y además, se han posicionado muy bien para retomar la Alcaldía de Bogotá en 2011.
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