Bienvenidos a Merheglandia
No tiene sentido pensar sólo en un Parque Temático de Flora y Fauna. Merheglandia sería toda una ciudad, como aquellas de las películas, en donde todos los ciudadanos tendrían derecho a una suscripción de televisión gratis, así la concesión no sea prorrogada. En las calles y campos de Merheglandia, correrían ríos de agua pura; no habría habitantes de la calle, porque todos serían recogidos, ya que molestan al turista y habría -por lo menos en las declaraciones de sus funcionarios- educación y salud gratuita para todas las personas.
Con Merheglandia sí podremos consolidar nuestro potencial político. Para que partidos históricos fuertes y organizados, si podemos comprar las franquicias, las personerías jurídicas y acceder a las curules en Senado, Cámara de Representantes, Asambleas y Concejos y hasta tener, con año y medio de anticipación, a una diputada, candidata a la Gobernación. No importa que los opositores infaltables, queden azules de la rabia. Incluso al mismo genio de Walt Disney, lo acusaron de soñador de imposibles.
También la transformación del nombre de nuestra ciudad, nos abre nuevas dimensiones turísticas y empresariales: “Venga y conozca, cómo se fabrica un senador conservador, con materia prima y moldes de Colombia Viva”. “Por su visita a Merheglandia, reclame gratis un fin de semana con los gastos pagos en el exótico Vichada, con recorrido incluido por los cultivos de palma africana y los apacibles predios titulados a “campesinos de ciudad”.
Y qué decir del comercio, eje de nuestra actividad económica y productiva. “Descubra cómo, por aquello de las exenciones y los buenos amigos en el gobierno, el lote en el cual se construye Alameda Centro Comercial, en el prestigioso y exclusivo sector de la Avenida Circunvalar de Pereira, pagaba impuesto predial en estrato 3”.
La cultura tampoco se puede quedar atrás en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial de Merheglandia, la cual será una ciudad biligüe… Todos los ciudadanos, desde niños, tendrán que aprender a hablar, leer y pronunciar en un árabe impecable.
El verde paisaje cafetero, el desenfrenado crecimiento de una urbe sin puertas, la permisividad de una dirigencia política adormecida y la indiferencia de una ciudadanía pragmática sirven como fondo para esta historia, que sino fuera parte de nuestra realidad política, podría ser el libreto de una telenovela, ya que cuenta hasta con canal de televisión. Y hasta los nombres son de seriado mexicano: Habib, Juliana, Juan Sammy, Noel Ricardo, Alejandro, Jimmy y el bueno de Víctor Manuel.
Lo único que aún no sabemos en el maravilloso mundo de Merheglandia es quiénes serán los protagonistas o si todos serán los malos de la película. La Tarde, Pereira.