!Cesó la horrible noche¡
Fueron 29 meses, hasta hoy, en los que lo único que importó al gobierno fue asegurar, a como diera lugar, su continuidad, a pesar de las voces que llegaron desde todas partes del mundo advirtiéndole, aconsejándole a Uribe que no insistiera en la reelección so pena de acabar de descuadernar por completo al país. Pero él no oyó y hasta el último instante trató de torcer en su favor, y con toda clase de artimañas, las voluntades, las normas, las instituciones y la Constitución.
El resultado de este “gobierno” no puede ser peor: Colombia ostenta la camiseta amarilla del líder en el desempleo de Latinoamérica, la de las manchas rojas de la regularidad en crímenes de Estado, la azulita con estrellas blancas del país más vendido a los Estados Unidos, la camiseta a rayas blancas y negras de los políticos amigos del presidente presos en las cárceles, Además, el gobierno porta sobre su conciencia la sombra gris de los secuestrados que no pudo rescatar ni quiso liberar y que se pudren en las montañas y, para rematar, cierra con el broche de oro de una emergencia social que busca disminuir la población del país a unos cuatro o cinco millones, que son los que tienen patrimonio para pagar por su salud, por su vida.
¿Qué siga la seguridad democrática? Este embeleco, que tiene hoy amarrados a casi todos los candidatos presidenciales, también tiene que caer. No podemos seguir con el cuento de poder viajar a la costa si ya ni siquiera a la esquina nos atrevemos a salir porque nos matan. A este respecto, la revista Time acaba de preguntar lo siguiente; ¿Si el gobierno de Álvaro Uribe está ganando la guerra a la delincuencia y su estrategia de seguridad es tan exitosa como dicen las estadísticas, por qué hay tanta gente del campo huyendo aterrorizada y llegando a las ciudades?
Duro es el camino que nos espera a todos los colombianos para recomponer a la patria pero, por fortuna, eso ya será posible porque gracias a la Corte Constitucional ¡Cesó la horrible noche! Vanguardia, Bucaramanga.