Vida y muerte del Reporter Esso
Hablar de El Repórter Esso es recordar una parte importante del radioperiodismo en Colombia. El otrora flamante director de la UPI en Bogotá, Carlos Villar Borda, consigna esta remembranza en su libro La pasión del periodismo, publicado en el 2004 por la Universidad Jorge Tadeo Lozano:
“La UPI y la Standard Oil Company de New Yersey tenían firmado un contrato que cubría prácticamente a toda América Latina, para transmitir un programa radial que hizo época y que se llamaba El Repórter Esso. La Esso colombiana contrataba las emisoras por las cuales se debía transmitir y la UPI se limitaba a redactar los boletines. La publicidad corría a cargo de McCann-Erickson. Eso representó, en cierta forma, un cambio importante para la radiodifusión de noticias en Colombia. Anteriormente, los radioperiódicos se limitaban a leer los periódicos del día, especialmente en las emisiones de las primeras horas de la mañana. El Repórter Esso salía adelante de ellos, porque contábamos con noticias más frescas que venían por el teletipo, y las nacionales las conseguíamos y confirmábamos directamente desde la oficina. Además, como la auspiciadora del boletín, McCann y la misma UPI eran empresas extranjeras, se exigía una imparcialidad y una objetividad absolutas, frente a las “noticias” que transmitían los otros espacios periodísticos del país.
Esta imparcialidad y objetividad no eran difíciles de conseguir, pues la extensión de cada noticia no excedía de las cien palabras, es decir, de tres a cinco renglones escritos a máquina, de manera que el redactor no se podía permitir el lujo de los adjetivos (el mayor enemigo de la objetividad), ni de las frases demasiado largas. Allí aprendí que la radio exige un idioma conciso, muy claro y preciso, que no se preste a ambigüedades. Este boletín era parte de mi trabajo en el nuevo empleo, y como el primero se difundía a las siete de la mañana, debía madrugar a las cinco, para estar en la oficina a tiempo para la preparación de las noticias. Había otros boletines, al mediodía y a las siete de la noche”.
Julián Ospina, mítico locutor del Reporter EssoEl periodista caldense Daladier Osorio Alzate evoca aquellos tiempos para el Contraplano: “Si aparentemente el Repórter Esso no tuvo la dinámica de los noticieros radiales de la época fue porque en estos había muchos reporteros disponibles para esa labor Sin embargo, recuerdo que cuando en el Noticiero Caracol del cual hice parte de 1963 a 1978 se escuchaba un extra de El Repórter Esso, todos entrábamos en una especie de estado catatónico, pese a que el avance se transmitía por las mismas Emisoras de Caracol. Como era obvio este trance duraba lo que el párrafo de entrada o lead del famoso espacio noticioso. Tenía un texto de presentación y musicalización impactantes. Ese "extra…extra" de El Repórter Esso nos dejaba sin aliento… Era como escuchar la noticia vestida de frac por el formato que tenía”. Como las oficinas de El Repórter estaban en una edificación diferente de la de Caracol que era en la calle 19 con octava, los periodistas de El Repórter se comunicaban por teléfono a los estudios de Nuevo Mundo para transmitir el boletín extraordinario. Una de las características más llamativa de El Repòrter Esso era la forma en que estaba estructurada la noticia: con párrafos simples, pero de mucho contenido periodístico, sin frases alambicadas”.
El maestro Eucario Bermúdez Ramírez también hace su aporte: “Yo era Director de Emisoras Nuevo Mundo. Julián Ospina oficiaba como director general de Caracol. En medio del drama del accidente aéreo en el que pereció nuestro compañero cerca de Villavicencio, yo esperaba la confirmación de la Aeronáutica para lanzar oficialmente al aire la trágica noticia. Cuando ello ocurrió, di la orden de poner el "extra" que precisamente estaba grabado en la voz de Julián… Cuando me tocó entrar al aire se me fueron las luces; me tupí; el llanto por el impacto casi no me deja hablar y en medio del asombro porque era, repito, la voz de Julián, en la presentación del flash, abriéndole paso a la primicia de su muerte. Finalmente, logré propalar la infausta noticia. De inmediato interrumpimos la programación ordinaria y pasamos a la música clásica, en señal de duelo”.
La apostilla: Sobre el Repórter Esso, la voz que anunciaba el famoso pregón era la del barranquillero Marcos Pérez, en tanto que el bugueño Julián Ospina decía con énfasis: “El primero con las últimas". Desaparecido el patrocinio de la Esso y muerto Julián, fue lanzado "El Reportero Caracol”, con la misma fanfarria y el tono arriba, en la voz siempre bien afinada, como instrumento musical, de Eucario Bermúdez, el único manizaleño nacido en Timbío, Cauca.