Un nuevo escenario comercial en el Quindío
No podemos en un mundo global observar la llegada de grandes superficies a nuestra ciudad como una amenaza para el comercio organizado. Al contrario, tenemos que verlo como una posibilidad que nos debe llevar a mejorar la oferta, a motivar alianzas, y fortalecer procesos a la hora de prestar nuestros servicios comerciales. La competencia es dura para el incompetente pero es una buena opción para quien está en disposición de mejorar e innovar.
Es un hecho que la ciudad es atractiva para la inversión, pues existe igualmente la intención de otras grandes cadenas de llegar a instalarse en la ciudad. El mercado tiene una ley muy sencilla: la oferta y la demanda. Hay buenas posibilidades, lo que sucede es que otras ciudades han sido más diligentes en la promoción de sus portafolios de servicios y han logrado que lleguen allí primero otras grandes superficies.
Algo que nos inquieta mucho, como es la presencia de público consumidor quindiano en otras plazas, determina que en la ciudad sí hay poder adquisitivo y existe un mercado que responde a esa oferta especializada. Se suma a este público, la población de la zona de influencia que respondería mucho mejor en la libre competencia a una oferta similar instalada en Armenia. El departamento del Quindío definitivamente tiene una ubicación estratégica envidiable. No somos una ciudad terminal y acá confluyen caminos de la época que hoy son grandes autopistas que mueven la economía del país.
Los inversionistas sí ven estas ventajas comparativas y competitivas. Estamos más cerca de las poblaciones del norte del Valle. Son vecinos nuestros con cierta identidad social y cultural poblaciones como Caicedona, Sevilla y Alcalá. Por esta última tienen acceso todos los pobladores de Cartago, Roldanillo, La Unión, Toro, Zarzal, La Victoria, Obando, Ansermanuevo, y Argelia por citar las más importantes. Me pregunto: ¿Cuántos habitantes hay en estas poblaciones? Definitivamente el mercado es atractivo y en eso tenemos que actuar los quindianos creyendo en lo que tenemos y siendo agresivos en la promoción del Quindío como destino turístico y comercial. Tengo toda la fe y la confianza en que el aumento de la oferta motivará que responda la demanda y evite que ese potencial consumidor local se desplace a otras ciudades y que los habitantes de las poblaciones citadas anteriormente aprovechen la infraestructura vial que nos une para llegar con más facilidades a una ciudad que tiene que seguir creciendo en estos términos.
El comercio tradicional tiene que apostarle a las alianzas, a las fortalezas propias de ser locales y avanzar en procesos de mejoramiento continuo. Es cuestión de sabernos preparar para responder a esas nuevas realidades del mercado. Por eso soy optimista y convocado a liderar acciones tendientes a fortalecer el sector en la ciudad, pues contrario a muchos creo que, “sí hay cama para tanta gente”. Crónica del Quindío.
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