24 de mayo de 2025

La detención de una paramilitar agrava la crisis entre Colombia y Venezuela

21 de noviembre de 2009
21 de noviembre de 2009

Al confirmar ayer su detención, el ministro de Interior y Justicia venezolano, Tareck El Aissami, ha dicho que su presencia en la ciudad de Maracaibo -capital del Estado petrolero de Zulia, fronterizo con Colombia- "forma parte de las pruebas, de las evidencias de la escalada de violencia promovida desde el Gobierno de Colombia en contra de nuestro pueblo y nuestro Gobierno".

Magaly Moreno, aseguró el ministro venezolano, era apodada La Perla entre las filas del Bloque Santander de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Entre los años 2002 y 2003, agrega El Aissami citando a la prensa colombiana, era persona de confianza del ex fiscal colombiano Luis Camilo Osorio Isaza, y una de las encargadas de las relaciones de las AUC con los cuerpos de seguridad colombianos. "Es decir: DAS Dirección Administrativa de Seguridad], Ejército, policía (…) Es decir, que una jefa paramilitar era la persona de confianza del fiscal (…) ello da cuenta de la descomposición institucional y moral del Gobierno de Álvaro Uribe, de que las instituciones colombianas] se sostienen sobre las bases de las mafias del narcotráfico y paramilitarismo", dijo el ministro.

Requerida por Interpol

Según han informado las autoridades venezolanas, Moreno era requerida por Interpol. En estos momentos, tratan de determinar si Moreno cometió o no algún delito en Venezuela, ya que están procesando información "sumamente importante" que ella misma ha confesado durante los interrogatorios. Por lo pronto, no han informado cuándo será deportada a Colombia.

Esta denuncia por parte de Venezuela se suma a las acusaciones del presidente, Hugo Chávez, acerca de que Colombia planea atacar a su Gobierno por intermedio de fuerzas paramilitares y por orden del "imperio yanqui". La utilización por parte de tropas de los Estados Unidos de siete bases militares colombianas representa también una afrenta para Chávez y una amenaza para América Latina. En agosto pasado, la Cancillería de Caracas decidió congelar sus relaciones diplomáticas con Bogotá.