Cójanme ese trompo
…porque, si bien es cierto que es una incógnita o, por lo menos, un cuestionamiento apenas lógico,de cómo llegaron a semejante escampadero (algunos están atornillados allí desde hace años), y miran con absoluto desdén la suerte de los sectores más vulnerables, pues no están cumpliendo.
Da grima ver ese espectáculo de crónico e ilegal ausentismo de los mal llamados “Padres de la patria”.
Tenía entendido que en desempeño de las funciones a que deben estar comprometidos, por las que reciben excelente remuneración y otras prebendas que muchísimos colombianos no tienen, deberían asistir a todas y cada una de las sesiones y laborar lo necesario (como todo empleado público), pero el ausentismo es muy notorio, no se hace quórum, entran y salen del recinto, o, sencillamente, no van. Y no pasa nada.
Se supone que tan abnegados y sufridos personajes deben comparecer al recinto los días martes, miércoles y jueves, entre las 2. PM, y las 10 o hasta la media noche y permanecer, todos, durante toda la sesión, haciendo un sacrificio casi estoico, creando estrategias para aliviar de tantos males a la mayoría colombiana, cuya probreza absoluta es inocultable; para buscar fórmulas de mejoramiento en salud, vivienda y saneamiento ambiental, asi como planes para abrirles un mercado laboral que tanto necesitan.
¿Quién, por ventura, los controla?
Es muy extraño que quienes acceden a esos cargos sean inferiores a la confianza que el pueblo ha depositado en ellos, que son sus representantes genuinos.
Entonces, encontramos razones suficientes para decir -y es el sentir de muchos colombianos- que el Congreso ha perdido credibilidad, que muchos de sus miembros han venido siendo seriamente comprometidos en líos judiciales y, por ello, muchos se tienen que someter a la marginalidad para votar proyectos u otras acciones del Congreso, quedando muy disminuida la presencia de ellos en el recinto, afectanto muchas veces los votos necesarios para aprobar proyectos de interés prioritario.
Parece que, en vísperas electorales, los organismos de control harán “investigaciones exhaustivas” para determinar cuáles son los congresistas que no asisten y, luego, supongo, se archivará la investigación, por falta de documentos probatorios y porque las excusas presentadas por los Padres de la Patria son todas válidas.
Algún dia, los hijos de nuestros biznietos nos dejarán en la tumba una razón bien escrita donde nos dirán que hacia el 2.050, los miembros del Congreso siguen capando sesión.
Como se dice en estos casos, “Bendita seas, Democracia, aunque así nos trates”.