14 de septiembre de 2024

Que renuncie el gerente de la Industria Licorera de Caldas, pide «La Patria»

16 de octubre de 2009
16 de octubre de 2009

"El asunto no revestiría gravedad para el nombre de la empresa y los intereses de Caldas si no fuera porque vuelve a estar en el ojo del huracán su gerente quien hace tan sólo tres meses salió de la cárcel, donde estuvo detenido por espacio de cinco meses, producto de una demanda del ex distribuidor Discristal en el Valle del Cauca, que lo acusó de tráfico de influencias y de concusión, cargos por los que un juez no encontró motivos para condenarlo", añadió el matutino caldense.
Igual pronucimiento formuló la Asamblea Departamental, el pasado miércoles, cuando se conoció la decisión del Ministerio Público.
El editorial de "La Patria", es el siguiente:

Por el bien de la Licorera

Lo más prudente es que Carlos Arturo Fehó se retire de la gerencia de la Licorera de Caldas para que pueda hacerle frente a las acusaciones sin que ello interfiera la gestión de la empresa.

La Industria Licorera de Caldas (ILC), la más importante empresa del departamento, el activo de mayor representación regional y el generador de recursos por excelencia que tienen los caldenses, está otra vez, quien lo fuera a creer, en medio de señalamientos y decisiones de la justicia, así sea de manera indirecta.

Esta vez la ILC es objeto de menciones por cuenta de un fallo de primera instancia de la Procuraduría General de la Nación contra su gerente, Carlos Arturo Fehó, a quien no sólo destituyó del cargo, sino que le aplicó una sanción inhabilitándolo por 10 años para ocupar cargos públicos, al considerar que violó la ley al otorgar en forma directa y sin estudios previos un contrato de distribución de licores a la firma Sultana del Valle.

El asunto no revestiría gravedad para el nombre de la empresa y los intereses de Caldas si no fuera porque vuelve a estar en el ojo del huracán su gerente quien hace tan sólo tres meses salió de la cárcel, donde estuvo detenido por espacio de cinco meses, producto de una demanda del ex distribuidor Discristal en el Valle del Cauca, que lo acusó de tráfico de influencias y de concusión, cargos por los que un juez no encontró motivos para condenarlo.
Pero otra cosa piensa la Procuraduría que después de evaluar lo sucedido, y no obstante su representante regional en el citado caso avalar el fallo del juez, decide sancionarlo disciplinariamente al considerar que sí cometió faltas y no hubo transparencia en cuanto al contrato señalado.

Aunque le queda el recurso de apelación, al que tiene derecho dentro de los términos de la ley y que podría determinar su inocencia una vez surtidos los trámites, lo más prudente es que Carlos Arturo Fehó se retire de dicho cargo para que la empresa y el Departamento, golpeados por una serie de escándalos políticos, no se afecten más.

No es lo mismo un gerente de una empresa pública como la Licorera de Caldas en plenitud de facultades legales cumpliendo con su tarea, que atendiendo otras obligaciones y pendiente del desarrollo de un proceso judicial que necesariamente va a generarle preocupaciones y lo mantendrá con un estigma doloroso e inconveniente.

Además, las cosas ya trascendieron hasta el ámbito político, pues ahora la Asamblea de Caldas, casi en pleno, le solicitó al gobernador Mario Aristizábal que acate el fallo del Ministerio Público y separe del cargo a Fehó. Una recomendación que tiene enormes implicaciones para el normal desarrollo de la gestión del actual gobierno.

Siempre hemos creído que el esquema de ventas por el cual se está cuestionando a la administración de la ILC no sólo es legal, sino que ha demostrado ser más favorable en términos económicos para la empresa. Otra cosa han sido las reservas que tanto la Fiscalía, que apeló del fallo en el juicio anterior, y ahora la Procuraduría, cambiando su criterio entre lo penal y lo disciplinario, han expresado frente a la forma en que se cambió al distribuidor del Valle.

Debido a lo anterior lo mejor es no perturbar el curso normal de las actividades de la Licorera con elementos extraños a su propio objeto social, así el momento para cambiar de gerente, cuando se acerca el fin de año y con él el período en que se logra la mayor parte de sus ventas, luzca inoportuno.

No la sigue teniendo fácil el Gobernador, pues lo de Fehó le llega justo en el momento en que se producen una serie de cambios obligados en importantes cargos del Departamento por renuncias personales y solicitadas de unos funcionarios. Se fueron el Gerente de Inficaldas, Uriel A. Sepúlveda, de plena confianza de Aristizábal quien sólo estuvo ocho meses, y el Secretario Jurídico, Jhon Jairo Gómez, de quien se desconocen los motivos de su dimisión. También salieron tres cuestionados subdirectores de la Territorial de Salud, tras largo tiempo de estancia en sus cargos y de ser señalados como fichas del tapasquismo. Algo está pasando en la Gobernación, esperamos que sea para bien de los caldenses.