16 de marzo de 2025

La cumbre de Bariloche

6 de septiembre de 2009
6 de septiembre de 2009

La propuesta del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y de sus homólogos Evo Morales, de Bolivia y Rafael Correa, de Ecuador, iba dirigida a presionar al presidente Alvaro Uribe para que reversara el acuerdo. Pero la clara exposición del mandatario colombiano dejó sin argumentos a quienes intentaron aprovechar la cumbre para pronunciarse contra Colombia.

¿Por qué razón se puede afirmar que Colombia fue el gran ganador en esta cumbre que contó con la presencia de 12 mandatarios de países suramericanos? Primero, porque no hubo consenso para cuestionar a nuestro país después de que Uribe Vélez demostró que el famoso libro blanco exhibido por Chávez no era una plataforma estratégica de intervención militar ideada por el gobierno de los Estados Unidos.  Segundo, porque logró que en el documento final se concretara la cooperación de los países miembros de Unasur para combatir el terrorismo internacional. En este sentido, la declaración inicial era un simple saludo a la bandera. Uribe logró que se cambiara la parte resolutiva para que los presidentes adquirieran mayor compromiso en la lucha de nuestro país contra las Farc.

Desde el momento en que se inició la cumbre, Uribe Vélez logró sus propósitos. Su propuesta de que el encuentro fuera televisado a todos los países fue acogida por unanimidad. Ahí ganó el primer round. Luego vino su exposición sobre el precio que ha pagado Colombia por causa del narcoterrorismo y la lucha de las Fuerzas Armadas contra los grupos guerrilleros. Con sus argumentos, convenció a los mandatarios suramericanos de que el estado colombiano necesita la cooperación internacional para combatir a quienes atentan contra la institucionalidad. Cuando expuso los puntos del acuerdo con Estados Unidos dejó en claro que no van a ser bases norteamericanas sino colombianas, dirigidas por militares colombianos.

En esta cumbre el gobierno colombiano fue el ganador en todos los sentidos. Veamos por qué. Primero, logró convencer al auditorio de que las bases no van a ser utilizadas para atacar a otros países. Segundo, Uribe Vélez evitó una encerrona en su contra; porque al aclarar las razones que llevaron a Colombia a firmar el acuerdo desbarató toda la estrategia del presidente venezolano, que desde un principio pretendió conseguir apoyos para su propuesta de rechazar el acuerdo. Además le quitó a Chávez protagonismo. Al final, el mandatario venezolano tuvo que resignarse a aceptar la declaración sin que se mencionara su deseo de intervención en asuntos internos de nuestro país, disfrazada de búsqueda de la paz.

Hugo Chávez salió mal librado de esta cumbre. ¿Las razones? Muy sencillas. Tuvo que agachar la cabeza, y no pudo dar rienda suelta a su verborrea barata para atacar al gobierno colombiano. Y en vez de contestar los reclamos del presidente Uribe en el sentido de que los guerrilleros Timochenco e Iván Márquez se refugian en su territorio, se limitó a decir que no iba a caer en provocaciones. Pruebas contundentes en este sentido debió tener Alvaro Uribe para hacer esta denuncia. Tanto que prácticamente logro cerrarle la boca a un presidente que se caracteriza por su intemperancia verbal. Cuando todo el mundo pensaba que se vendría por parte del venezolano una arremetida contra nuestro presidente, se vio a un Chávez maltrecho, sin respuesta a esa denuncia. 

En esta cumbre Uribe Vélez logró, además, distensionar un poco las relaciones con Ecuador. La propuesta de buscar, a través de los canales diplomáticos, la cooperación militar para perseguir a los terroristas, fue acogida sin reservas por Rafael Correa. Y su promesa de que nunca volverá a atacar territorio extranjero para combatir a los terroristas generó un ambiente de cordialidad. Tanto que al final el propio Presidente de Ecuador le dijo a Uribe que había sentido su ausencia en el encuentro de Quito. Con este gesto se borra un poco esa imagen de la mirada de odio que Correa le dio a Alvaro Uribe en Santodomingo. Eso sí, en este encuentro de mandatarios se acrecentaron las diferencias con el gobierno de Hugo Chávez.