28 de marzo de 2024

El turismo y la gastronomía en Viterbo

21 de marzo de 2009
21 de marzo de 2009

Y dentro de la zona cafetera o triángulo del café, se destaca el Quindío como líder en este tema, por ser el departamento que afrontó primero la crisis cafetera y superó con creces su tragedia de hace 10 años y para ello acudió a explotar su belleza natural para el disfrute, tanto de los colombianos como de los extranjeros.

Y por supuesto, los departamentos de Caldas y Risaralda también desarrollan  planes y proyectos para el incremento de su desarrollo turístico. Y, lógicamente, Viterbo no podía ser la excepción, con su hermoso valle del Risaralda y las cordilleras que lo circundan.

Actualmente existe una excelente oferta hotelera en Viterbo. En el casco urbano se cuenta con alojamientos confortables como son los hoteles El Samán y el María Alejandra, con todos los servicios de los hoteles modernos; y uno tradicional como es El Nevado, que fuera uno de los pioneros de la hotelería en Viterbo, así como el Hospedaje El Campesino. En el área de los condominios tenemos el hotel ecológico campestre Los Samanes y la casa de campo Villa Tulia. Existe una hacienda tradicional convertida en agro y eco hotel, con capacidad para más de 50 personas y con amplios salones para conferencias, como es Guayabito. Y algunas fincas con una buena dotación hotelera entre las cuales podemos citar Los Rosales, El Retiro y Remolinos. De la misma manera contamos con una gran oferta de camas en todos y cada uno de los condominios cuyo contacto es Blanca Lucía Mejía González con la siguiente dirección de correo electrónico: [email protected].

En cuanto a restaurantes, tenemos algunos de corte moderno como el asadero Chálex, frente a la estación de los Bomberos, con sus chuzos y carnes a la plancha; el restaurante campestre el Polideportivo, rodeado de hermosos árboles y vegetación exuberante, que con sus “fiambres”, chorizos ahumados y pescados hacen las delicias de sus clientes.

Bajo tiernos y llorones guaduales y a la orilla del río Risaralda se encuentra Villa Hermosa, junto a cuyos lagos de pesca deportiva se ordenan los pedidos de pescados a la plancha, sancocho con espinazo y fríjoles con chicharrón. Cabo Verde, en el sitio denominado Remolino también tiene sus lagos y estanques para la pesca deportiva, y su especialidad es la cazuela de pescado.

En el marco de la plaza principal, tenemos a Pollos y Más especializado en pollos a la “Broaster” y Los Cuyos, con sus almuerzos caseros y su mazamorra fría con bocadillo veleño; el Piqueteadero Marín en la Carrera 9ª con Calle 9ª que al igual que el anterior ofrece sus almuerzos típicos con ensalada de repollo picado y carne molida y con sobremesa de claro o mazamorra fría. La Pizzería que ofrece deliciosas y exquisitas pizzas se encuentra en la esquina de “Ernesto López”; y algunos más de comidas rápidas ubicados en la zona rosa como el restaurante Pinillo’s. Todos ellos tienen una excelente oferta culinaria, caracterizada por algunas comidas típicas de la gastronomía viterbeña, la cual mencionaré adelante. Contamos con otros agradables sitios para departir como la frutería de Gloria Marín y las Ricuras de Viterbo, una excelente panadería en una esquina del marco de la plaza, así como la cafetería El Pilón, tertuliadero tradicional.

Pero si algo caracteriza nuestra culinaria son los chorizos ahumados hechos con pequeños trozos de carne de cerdo, expuestos al aire para orearlos y ahumarlos con leña de guadua pintona o palos de café o nogal de montaña; los “fiambres”, que recuerdan nuestros paseos en la escuela primaria, vienen envueltos en hojas de viao o de plátano, con una presa de pollo, chorizo, huevo, papa y arroz y son actualmente catalogados como plato típico de Viterbo; los picadillos fritos y en hogao que  comíamos los domingos al desayuno, prohibidos hoy por los altos contenidos de colesterol, cuyos componentes son hígado, boje, pajarilla, corazón, riñones y chunchurria; el sancocho de tres carnes (pollo, cerdo y morrillo de res) con yuca, papa y plátano. Y qué decir de la delicia de  arepas anchas de maíz que preparan en brasas de carbón todos los días por las mañanas para ser consumidas diariamente al desayuno.

Es tal la fama del chorizo ahumado de Viterbo, que en una revista del eje cafetero llamada “Enfoque del Café”, se cuenta que el periodista Andrés Rodríguez Becerra nos visitó con el reconocido chef caldense Santiago Giraldo e hizo una bella apología cuyo tema principal me permito transcribir a instancias de mi pariente  Carlos Alberto Orrego: al chorizo ahumado de Viterbo “lo olimos sin lujuria pero con deseo, como se huele el cuello de la primera novia, y lo desbaratamos con la mano para palpar cada ingrediente entre la carne noble de sus entrañas”. Y a renglón seguido se le preguntó: ¿Y los chorizos de Villamaría y los santarrosanos qué?  “Claro que son muy ricos, pero en sabores no hay mejores y peores. Hay distintos. Para algunos puede ser como comparar una gallina de finca con un pollo anabólico”

Para concluir, el citado periodista afirmó: “El de Villamaría es pequeño y menos apretado. De buena grasa y cura hasta un guayabo. El de Santa Rosa es menos condimentado, más carnudo y rosado. Al uno lo prefiero frito y al otro me lo como asado. Pero el de Viterbo es mi preferido porque es ahumado. Fino como el jamón, profundo como una guaca y auténtico como un yipao”.