29 de marzo de 2024
Pablo Felipe Arango
Belleza realzada
Contó Cabrera Infante en alguno de sus libros, del que ahora apenas recuerdo lo que voy a narrar, que el crítico de arte John Ruskin no volvió a tocar a su mujer, Effie Gray, cuando descubrió que su pubis estaba cubierto de vello. La mujer, nada tonta, abandonó pronto al crítico para enamorarse del pintor John Millais, amigo de Ruskin.
Un dandi
La última vez que vi a Calidad imaginé que debía escribir una columna sobre el dandismo y la elegancia. Lo vi aparecer caminando por la avenida mientras yo estaba sentado en la terraza de Libélula, él venía con un paso cadencioso que terminaba por resaltar su figura de hombre de estatura elevada y cuerpo esbelto.
Una brisa se eleva de los confines de la oscuridad
Los poemas de Herberto Helder son complejos, obscuros, bellos, sublimes. Él era, también, obscuro, no su alma, que era, según puede suponerse, transparente, pero él se ocultaba y quiso siempre pasar lo más desapercibido posible
El espejo seguirá allí
“Como si nada hubiera sucedido./ Es ése mi resumen/ y está en él mi epitafio./ Habla mi nada al vivo/ y él se asoma a un espejo/ que no refleja a nadie”, escribió el poeta español Francisco Brines. El poema se llama.
No hay tal síndrome
No sé si todavía es así, pero hace años, cuando era niño, el tarro de leche Klim tenía además de la tapa metálica que cerraba a presión, un empaque adicional, también metálico, que se retiraba cuando se iba a consumir la leche en polvo. Imagino que se trataba de algo que impedía que se humedeciera el producto.
Huertos y biofilia
El entomólogo norteamericano Edward O. Wilson, fallecido recientemente, señaló que el ser humano tiene preferencia por cierto hábitat, que no solo corresponde a razones de subsistencia sino también estéticas, y tales preferencias parecieran tener el mismo origen que las de los atrapamoscas, los simios, o los ratones.
Benditos quienes logran atraparlos
A todos nos ha sucedido, o nos sucede a menudo: soñamos, y sabemos que estamos soñando, y entonces nos queremos despertar, o nos preparamos para ese momento, e incluso pensamos que recordaremos el sueño que estamos teniendo, y que nos parece tan intenso, tan vívido.
Seguro no habrá otro recodo
Él es un hombre mayor, debe rozar los setenta años, ella estará llegando a los cincuenta. Me los encontré cuando bajaban en el ascensor en el hotel en Sarria, ambos estaban radiantes, aunque él se veía más a gusto, seguro de sí mismo, resuelto, tal como el ejecutivo que seguro es en alguna empresa en Madrid.
Saudade
Recuerdo que alguna vez, siendo un niño, mientras caminaba hacía mi casa, me pregunté si con los años recordaría precisamente ese instante.