18 de abril de 2021
Directores
Orlando Cadavid Correa
Evelio Giraldo Ospina
Orlando Cadavid Correa
Evelio Giraldo Ospina
Hernando Salazar Patiño


Los escritores Gustavo Páez Escobar y José Miguel Alzate, colaboradores de Eje 21, de cuyas afinidades humanas y literarias se podría elaborar un paralelo de similitudes sorpresivas y de obvias diferencias.


Nota. Un artículo aparecido en El Espectador el pasado jueves, me suscitó la glosa “Dudas de la memoria”, la que envié al diario bogotano, precedido de la siguiente carta, en que se alude a Evelio Giraldo y a Augusto León Restrepo, puntales de Eje 21.


Leer El Espectador con cierta frecuencia, tiene la virtud de estimular a ese lector crítico que casi todos llevamos por dentro, sin que serlo excluya el lector desconcertado, como es el que estimula casi toda la prensa colombiana.


Cada cierto tiempo, le da a ciertos curiosos personajes por proponer la modificación del Himno Nacional, por quitarle una o más estrofas, o agregárselas, cuando no por cambiarlo del todo.


Desde los puntos de vista histórico y sociológico, una charla con el título “Las diferencias y odios entre Pereira y Manizales. Perspectiva periodística” por Franklin Molano, tenía un gran atractivo para los pocos que hemos trabajado las relaciones y desemejanzas.


Me pregunto. ¿Es verdad todo esto? ¿Es una verdad parcial? ¿Qué concepción de vida humana, de poder, puede tener un individuo así? De verdad, son gajes de la "guerra"? ¿En qué cartilla "política" se ordenan o se permiten acciones de estas.


Me ha conmovido la noticia de la muerte en Bogotá del doctor Marino Jaramillo Echeverri, una de las figuras más brillantes en la historia política e intelectual de Caldas en la segunda mitad del siglo XX.


Nadie discute las cualidades personales y profesionales del doctor Guido Echeverri. No las discutieron ni sus competidores en las dos campañas por la gobernación de Caldas.


La calidez de Orlando Cadavid Correa no es solo de carácter sino de estilo. Después del ya muy pasado y a Dios gracias, superado percance de salud que nos tuvo en vilo, regresó a la brega de toda su vida.


Días atrás me entregaron copia física de este texto los contertulios de "El Graduado", preguntándome si era de mi autoría. En esa ocasión y en otra posterior, postularon varios nombres, sin excluirme, como sus posibles redactores.
