28 de marzo de 2024

El precio de nuestro Idioma

18 de abril de 2021
Por Celmira Toro Martínez
Por Celmira Toro Martínez
18 de abril de 2021

«Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… NOS DEJARON LAS PALABRAS»

(Pablo Neruda, sobre la colonización española, en Confieso que he vivido)

Este Idioma nuestro, tan querido, tiene raíces de esclavitud, de maltrato, de abuso. Tiene historias de nuestra cultura profanada y extinguida, tiene herencias que han marcado nuestra vida ciudadana como una sociedad de violencia, de corrupcion desde el mismo momento en que nuestro pueblo, en 1492 fue descubierto y sometido a una cultura impuesta que se fue volviendo una forma de vida, una norma de conducta colectiva.

Solo hemos cambiado de dueños: unos, impuestos por la fuerza, otros, elegidos por nosotros mismos y convertidos, bajo nuestro silencio, en opresores y destructores de nuestros derechos sin que nosotros, como pueblo, hayamos hecho algo por cambiar esta historia de horror que nos circunda.

En fin, solo un poco de historia para decir que:

Este idioma de amor, nacido del holocausto de nuestros antepasados es la recompensa más hermosa a su sacrificio de amor, a su grandeza.

Entregaron el oro, sus costumbres, la sencillez de su vivir, la sabiduría de su actuar, su libertad y recibieron a cambio, entre espejos y cascabeles de halcón, esclavitud y muerte. Lo que aquellos tiranos no sabían, era que su lenguaje se quedaría por siempre en el alma de ese pueblo aborígen que esclavizaron y humillaron: los hombres y mujeres de donde descendemos. Ese lenguaje se les fue incrustando en el alma, hasta que se volvió parte de nuestro ser, de lo que hacemos y hoy constituye el idioma sin fin que nos acompaña por siempre, con el que nos comunicamos y dejamos nuestra huella indeleble en nuestra tierra.

¡Que idioma de grandeza el que tenemos!  Lo aprendimos sin prisa, cuando en el regazo materno recibimos cobijo y alimento.

En este idioma nuestro, establecemos lazos de ternura, construimos hogares y emprendemos obras de eternidad, dignas de ejemplo.

En este Idioma, debemos entendernos, para decidir de una vez por todas, dejar los fanatismos que separan, los odios que amenazan, la indolencia que aniquila la vida y la esperanza,

Este idioma que une nuestras almas, nuestro pueblo, fue el pago que nos dieran los piratas extraños que profanaron el recinto sagrado donde estaban las raíces supremas, que dieran honor y grandeza a nuestra tierra, esas raíces que juntos como pueblo y en un idioma de reconciliación y compromiso, podremos restaurar y así, volver a construir esta patria de amor, el lugar más hermoso que un día, nos diera Dios como un regalo inmenso.