28 de marzo de 2024

La mafia en el poder

2 de octubre de 2020
Por Jorge Enrique Pava Quiceno
Por Jorge Enrique Pava Quiceno
2 de octubre de 2020

La RAE define mafia como: “un grupo organizado que trata de defender sus intereses sin demasiados escrúpulos.”. Y eso es precisamente lo que tenemos hoy en el gobierno de Manizales. Un grupo organizado que depende del gran capo, Jorge Arturo Espejo Rivas, del que se desprende todo un tinglado de poder enlazado familiarmente bajo su notoria y fatal influencia. Veamos:

De la cabeza de ese gran capo dependen: Arturo Espejo Arbeláez, su hijo, gerente de Invama; el nuevo gerente de Infimanizales, Alejandro Arango Castro, es cuñado de este último y hermano de una aportante de la campaña a la alcaldía; Mariana Jaramillo, la nueva gerente de People Contact, es cuñada de la otra hija del capo, Inés Espejo Arbeláez; y el gran jefe, a su vez, es miembro del consejo directivo de Infimanizales y de Emsa (Lotería de Manizales); pero también supo ubicar a su delegado, Hernán Roberto Meneses, mediante un contrato millonario con Erum, para estructurar el poder de decisión en esta empresa. Igualmente ejerce como amo y señor en el Instituto de Cultura y Turismo, y dispone y manda en la Red de Ecoparques de Manizales, amén de sus injerencias en Aguas de Manizales donde su gerente es pupilo de Claudia López, amiga política del mencionado capo, y en el cable aéreo donde se le ve también tomando decisiones y moviendo sus fichas.

Esto es evidentemente una falta de escrúpulos. Falta de decencia y lógica. Falta de coherencia entre lo ofrecido y pregonado por Carlos Mario en su campaña, y lo que encontramos en esta triste realidad. Una realidad que deja al descubierto que los más de 75000 votos depositados a favor de Marín, fueron a parar realmente al patrimonio personal y político de Espejo Rivas; que quienes albergaron alguna esperanza de cambio y renovación, y creían encontrar la panacea en un alcalde joven, histriónico, dramático y popular, se estrellaron con la realidad de un gobierno donde reina, en verdad, alguien sin escrúpulos, grosero, atarván, perseguidor, grotesco y de pésimas costumbres.

Tal vez de ahí se deriva la catástrofe que hoy vivimos. Nos está dominando un ser con ínfulas de “capo de capos” a quien nadie le puede pedir cuentas, pero que manda, determina, ordena, persigue, acosa, maltrata y dispone. Un ser que hace alarde de su poder ante la pusilanimidad de su dominado, el alcalde Marín. Una persona que donde llega genera malestar, para terminar apoderándose de las instituciones que pone en su ambiciosa mira.

No es difícil vislumbrar que, en una reunión familiar de Espejo padre con sus dos hijos, puedan trazar el destino de la ciudad. Puedan disponer del futuro de los manizaleños y puedan arruinar el desarrollo que tanto nos ha costado planear y materializar. Porque en esa reunión estarían a disposición: Invama, Infimanizales, People Contact, Erum, Emsa, Aguas de Manizales, Red de Ecoparques y todas aquellas empresas donde Infimanizales tiene inversiones y que Espejo quiere vender para llenarse de liquidez. ¡Qué peligro!

Pero hay algo más triste que la condición de un ser humano, por perverso que este sea: el silencio de un pueblo; la pusilanimidad de un municipio que soporta cabizbajo los atropellos y desmanes de esa persona perversa; la resignación de vernos gobernados por alguien a quien las urnas y la democracia nunca le dieron el poder;  la complicidad de unas fuerzas vivas que parecen languidecer ante la soberbia y las malas maneras del abusador; la falta de reacción de un Concejo que se queja en privado y aplaude en público los atropellos y acciones del capo.

Y algo supremamente más delicado: el silencio y la complicidad de los órganos de control y de justicia. Denuncias y demandas que duermen en los anaqueles de esas entidades mientras la ciudad se desmorona; procesos olvidados en el tiempo o detenidos y cubiertos en Procuraduría, Contraloría, Fiscalía y Personería, tal vez esperando su preclusión u olvido, y permitiendo que campee la impunidad por falta de acción.

Por eso repito, así les duela mi crudeza: seguiré en esta lucha solitaria mientras me dejen vivo. Con esta mafia en el poder nadie sabe qué nos pueda pasar.

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