29 de marzo de 2024

Política con pimienta. A Naranjo le fue como a perro en misa en la telenovela sobre su vida

3 de julio de 2020
3 de julio de 2020
​No hubo necesidad de llamar a nuestros contertulios de La Suiza y del Centro Comercial Sancancio para recoger los picantes análisis de la política, municipal, departamental y nacional. Con echarle un vistazo a los titulares de la prensa, abrir los ojos para ver las noticias de la televisión y agrandar las orejas para oír los comentaristas radiales, tuvimos suficiente. Que país tan entretenido. Ni las tragedias de la pandemia que nos azota, han evitado que nuestros políticos, los funcionarios públicos y demás, hayan mojado tinta con sus actuaciones que fluctúan entre la tragedia y la comedia. Mejor dicho esta semana que termina, ha sido de película, de novela, de telenovela.

Sus enemigos no le han escatimado insultos

No somos teleadictos y por consiguiente, no hemos visto las telenovelas de moda, el General Naranjo y la Venganza de Analía. Pero por los apuntes de farándula y por los comentarios de las señoras, de los amigos, de las tías y de los abuelos, nos hemos dado cuenta de que esas producciones han estado de rechupete. A las señoras las tiene embobadas el General Naranjo, por la actuación de quien desempeña el papel del galardonado oficial en retiro de la Policía Nacional, sin que nieguen que está mejor el de la vida real, cuya presencia gráfica en los medios nacionales, añoran y extrañan. Hemos oído que si al General Naranjo de verdad lo hubieran contratado como galán, el rating hubiera roto todos los cálculos. Pero al que le fue muy mal, fue al propio Naranjo. Sus enemigos, que los tiene de gran calibre, como el venenoso Fernando Londoño Hoyos, quien no ha escatimado insultos y diatribas en su contra, le han reclamado porque no se haya puesto a la pata de la producción televisiva de su vida, basada en el libro que sobre ella escribió Julio Sánchez Cristo, ya que consideran que hubo un maltrato evidente contra las fuerzas armadas y algunos identificados en la trama.  El General ha reconocido que todo ha sido a sus espaldas, lo que no le han creído como mucho, y se ha ganado con sus evasivas es la enemistad de quienes antes, en la Policía, le prendían velas como al mejor policía del mundo. A los señores los tiene babeados es Carolina Gómez, la protagonista de la Venganza de Analía, quien ha confesado al aspirante a la presidencia del país telenovelesco que es hija de una violación cometida por él contra su madre. Y no se sabe si el politico, en la vida real Marlon Moreno, la va a matar o nó. Esta noche es el desenlace de este culebrón en el que los políticos quedan por el suelo.

Nos resultó fanfarrón y fantoche

Y los que dieron papaya a los medios de opinión fueron el Fiscal Francisco Barbosa y el Contralor Felipe Córdoba. Los han enjuiciado porque tuvieron la feliz idea de programar para un puente festivo un viaje a San Andrés, para dar cuenta de lo que han realizado en la lucha contra la corrupción en esa isla, presentar su balance. Pero resulta que para esa misión supuestamente oficial, se hicieron acompañar de sus respectivas esposas, ambas altas funcionarias, Marcela Yepes de Córdoba, de la Fiscalía, y Walfa Téllez de Barbosa, de la Contraloría, en lo que Daniel Samper ha denominado como un swinger burocrático. Eso no tendría nada de raro, si las señoras que ostentan rango oficial hubieran ido en ejercicio de sus cargos. Y pues no. Parece que fueron en plan de descanso, todos, de lo más bueno, en avión oficial, avión en el que el Fiscal le adjudicó silla a una de sus hijas con una compañerita. Pero estos escándalos han sido comunes en las altas esferas gubernativas del país, que si las recordamos haríamos inacabable esta columna. Lo que ha causado hilaridad han sido las ínfulas que se dio el Fiscal en una rueda de prensa, cuando dijo que él ocupaba el segundo cargo nacional, después del Presidente, desconociendo la Vicepresidencia y la Alcaldía de Bogotá, la Procuraduría y la Contraloría General, que bien pudieran pelearse ese rango. Nos resultó fanfarrón y fantoche este egresado de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá y compañero de pupitre del Presidente Iván Duque y de quien dicen que era el que le hacía las tareas y  a quien le pagó Duque Márquez habiéndolo hecho Fiscal General de la Nación.

Dineros de Aerocafé irán a caer a un barril desfondado

Felipe Córdoba

Y en la parroquia se enciendieron de nuevo los debates sobre la viabilidad del aeropuerto de Palestina. Gustavo Álvarez Gardeazábal,en su columna periodística oral, Crónica de un enchuspado 102, protesta porque el gobierno departamental haya aportado para esa obra la no despreciable suma de ciento veinte mil millones de pesos, dinero que considera que va a un foso sin fondo, dilapidador e inútil. Por su parte nuestro columnista Augusto León Restrepo retoma lo expresado por el novelista Vallecaucano y considera que esos dineros irán a caer a un barril desfondado. Coincidencialmente el Contralor Córdoba anduvo por esos terraplenes de Palestina y expresó sus opiniones públicamente sobre la controvertida obra, a las que nos referiremos en próxima ocasión. Varios lectores han enviado sus comentarios en relación con lo escrito por Gardeazábal y Restrepo, entre los que destacamos el remitido a este último por el ingeniero, académico y ex rector de la Facultad de Ingeniería de la U Nacional, sede Manizales, Carlos Enrique Ruiz: «Excelente columna, con tema crucial. Ese elefante blanco es una bobería provinciana, que engolosinó también al buen gobernador actual. Hay que recordar la posición de lógica contundente de la columna no lejana del Dr. Mario de la Calle Lombana. La sindéresis no parece ser una norma de vida en la diligencia pública de nuestra comarca. En esta crisis que se ahonda, tiene el propósito obvio de seguir enterrando jugosas sumas de dinero, como han venido haciendo. No tienen conciencia de las prioridades sociales en generación de trabajo, en reducción de la actitud galopante, en recuperación de escuelas y centros de salud, en mejoramiento de las condiciones a los heroicos médicos generales y enfermeras abnegadas… En fin, como decían las abuelas, Dios proveerá».