28 de marzo de 2024

Redondeando el perfil de Roberto Gómez Bolaños

Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
30 de mayo de 2020
Por Orlando Cadavid Correa
Por Orlando Cadavid Correa
Autodidacta. Periodista de largo aliento formado en la universidad de la vida. Destacado en cadenas radiales, diarios nacionales y co-fundador de medios como Colprensa y el diario digital Eje 21. Formador de buenos reporteros en Manizales, Bogotá y Medellín.
30 de mayo de 2020

Nota: Agradecemos esta amable misiva del colega y amigo bogotano Eduardo Lozano a propósito del Contraplano del pasado domingo:

“Estimado Orlando: en esa revisión de notas que los periodistas hacemos a cada momento sobre los temas que nuestros colegas asumen, encontré un trabajo de su autoría en el que se recuerda la visita que hizo a Colombia hace casi 40 años el elenco mexicano de “El Chavo del Ocho”, manejado por el inigualable Roberto Gómez Bolaños.

Me emocionó, porque coincidencialmente fui desplazado como reportero a esa nuestra llamada Caminata de Solidaridad, organizada por Doña Nidia Quintero de Turbay, cuando ocupaba su posición de Primera Dama de la Nación. Y como dice en su escrito, Bogotá se volcó a las calles para recibirlos.

Eduardo Lozano

Todo esto para significarle, mi estimado Orlando, que un programa de estos, sin mucha inversión en escenarios y parafernalia, parecería imposible que siga teniendo la sintonía que tiene, pese a que el grupo está desintegrado por el lamentable fallecimiento de sus integrantes.

El grupo desapareció, pero sus programas permanecerán vigentes a través de los años, porque quizás «sin querer queriendo» sus libretos fueron concebidos para una clase social que existe en todo el mundo. Hablo de una clase media baja, que en medio de todos sus líos trata de sobrevivir en una casa de inquilinato, de esas que son tan populares en todos los países.

Tan importante es la obra, que hoy sigue siendo transmitida por estaciones de televisión del orbe en diferentes idiomas. Tuve la oportunidad de ver capítulos en francés, inglés y portugués, con pequeñas variantes en sus diálogos. Pero guardando siempre el sentido del humor y la necesidad, especialmente para el papel de Don Ramón, cuyo ingreso al elenco hasta el final de sus días fue definitivo.

Aquí en Colombia, los llamados canales privados de televisión repiten los capítulos con el mismo éxito que cuando se estrenaron. Los domingos, en horarios preferenciales y enfrentados, se presentan capítulos de la serie.

¿Cuál es la magia o el imán de estos programas? No tengo otra cosa que decir sino que quizás, cuando se inicia cada programa, uno queda como identificado con los personajes y pensando en qué momento la mamá de Quico, enamorada permanente del Profesor Jirafales, cacheteará a Don Ramón o en qué momento el Señor Barriga llega a cobrar el arriendo.

Los mexicanos por tradición siempre han venerado a Mario Moreno (Cantinflas), considerado como el máximo exponente de las situaciones cómicas y de humor de su país a través de las películas que dejó filmadas antes de su muerte. Hoy creo que Roberto Gómez Bolaños superó con creces el trabajo de Mario Moreno.

Este filón del humor en ese nivel nos demuestra que todos los libretos orientados a las aventuras de la clase media barren en audiencia.

Fíjese usted lo que ocurrió recientemente con la serie que RCN tv repitió, titulada Yo soy Betty la fea. Pese a que ya la habíamos visto, volvió a ocupar lugares preferenciales en el rating. Un trabajo que giró alrededor de una muchacha del común y que a diario se convirtió en el centro de todos los comentarios.

«Don chinche», con Héctor Ulloa, “Yo y tú”, manejada por Alicia del Carpio, Mr. Bean, la vida de un hombre del común con necesidades y un auto de antiguo modelo, etc.

Creo, sin lugar a equivocarme, que debemos arrancar de plano tanta bala, tanto sexo y tanta droga de nuestra televisión. Estas terribles imágenes son las que nos enmarcan como un país de violentos y mafiosos.

Hoy, después de tantos años, cuando uno sale de Colombia, en otros países siguen con la imagen de la delincuencia y Pablo Escobar.

Gracias, Orlando, por haber escrito y recordado la visita de “El Chavo” a un país que necesita reír como remedio para erradicar el dolor que deja la violencia y la mala fama internacional.

Amigo y colega de siempre, Eduardo Lozano M., periodista. Bogotá”.