29 de marzo de 2024

Alerta Contralorías pueden desaparecer por crisis

7 de abril de 2020
7 de abril de 2020
Alvaro Trujillo Mejía, Contralor de Risaralda

-Aumenta riesgo financiero

Piden al gobierno normatividad que de tranquilidad a los funcionarios de Control
– Risaralda operaría con mil millones menos este año.

Por Álvaro Rodríguez Hernández
www.eje21.com.co

Un mal terrible agobia a las 32 Contralorias departamentales en Colombia. Igual a las de las capitales y a las 4 Distritales existentes.

El toque de tambor, lo hizo el Contralor del Risaralda, Álvaro Trujillo Mejía, en una realista carta dirigida a sus homólogos en Colombia.

Puso un ejemplo: en Risaralda, percibirían un 35 por ciento de sus ingresos. Algo así como $1 mil millones en un presupuesto de $4 mil millones con lo que opera la entidad este deplorable 2020.

La del Risaralda cuenta con 46 funcionarios de planta y 4 contratistas.

HACIENDA

Ya en una primera reunión con el Secretario de Hacienda Departamental, Alexis Mejía, quedó claro que habrá menos plata para la Contraloría.
Las matemáticas no fallan: freno a la compra y venta de vehículos, no hay consumo de licor y cigarrillos , no hay venta de combustibles y sufren los ingresos corrientes de libre destinación.

DURA CARTA

La carta es práctica. Oportuna y les pide a sus similares pronunciamiento, teniendo como espejo de lo que acontece en Risaralda.

PREOCUPACIONES

Varios son sus preocupaciones:
1-. Quedar al garete en la crisis judicial.
2-. Somos sometidos al riesgo de la desaparición o vamos a desaparecer si sigue el riesgo financiero.

FINANCIERO

3-. Dudas con planes medibles y cumplibles
4-.Hay mínimas y complejas realidades de trabajo en lo virtual.
5-. Piden al gobierno nacional expedir normas que tranquilicen al sector del control fiscal en Colombia.

TEXTO

El texto de la carta dirigida por Trujillo Mejía, Contralor del Risarada, al Consejo Nacional de Contralores:

 

Señoras y señores

CONTRALORES TERRTORIALES DE COLOMBIA
Integrantes Grupo o Chat de contralores 2020
Consejo Nacional de Contralores
Junta directiva del Consejo Nacional de Contralores

Reciban un afectuoso y muy respetuoso saludo,

De la manera más respetuosa, invito a todos los conformantes de este grupo, que en su mayoría o por qué no decirlo, en su totalidad son los contralores territoriales del país, mis compañeros y homólogos, a que por favor, si se les
presenta o se les han presentado las mismas contingencias que a la Contraloría General del Departamento de Risaralda, o a muchos de nuestros homólogos, nos compartan las estrategias e ideas que permitan conjurar la gravísima situación por la que venimos pasando.

Anticipo excusas por hablar a título personal, pero la cultura regional a la que pertenezco, es amiga de decir las cosas de manera directa y siempre respetuosa.

El pasado jueves 02 de Abril de este año, en desarrollo de una reunión de seguimiento al proceso auditor, que pese a las dificultades por todos conocidas, en especial a las que tienen que ver con la implementación y el uso
de las redes y plataformas tecnológicas en los sujetos de control y aún en nuestra contraloría; un grupo de auditores y el profesional de la coordinación del grupo de control fiscal que participaban de la video conferencia para el
seguimiento de sus encargos, me dejaron conocer de la seria preocupación que les causaba a quienes con nosotros laboramos en los órganos de control territorial, la reducción significativa de nuestros recursos para funcionamiento, como efectos de la contingencia de salubridad universal.

Una vez los escuché y en asocio de nuestro equipo directivo de la contraloría, buscamos y logramos una reunión con el grupo de finanzas y hacienda Pública del Departamento de Risaralda, en la que nos aseguraron que la reducción de nuestro presupuesto, sería como mínimo, del 35%, situación que me motivó a enviarles esta solicitud de sugerencias y compartirles esta preocupación:

Es por todos conocido, que el presupuesto de las contralorías territoriales, deviene de los ingresos conocidos como fondo 20, esto es, los porcentajes de la sobretasa a la gasolina, los impuestos por consumo de licores y cigarrillos,
impuesto de vehículos, impuesto de registro y una cuota extremadamente mínima de auditaje que pagan las entidades territoriales.

No se requiere la mínima elucubración, para concluir que debido a las consecuencias de la gravísima contingencia de salubridad mundial, la humanidad ha tenido que priorizar sus gastos, para poder satisfacer, y eso que solo en parte, sus necesidades básicas.

A la preocupación por mantenernos con vida, que debe ser nuestra pretensión principal, se suma ahora la de mantener una relación laboral, que nos permita percibir los recursos necesarios para atender todas nuestras prioridades y que gracias a las normativas expedidas por el Gobierno Nacional, se garantizan en parte, al prohibir despidos y terminación de contratos en los sectores Público y privado.

En ese orden, es sencillo concluir que los recursos con los que se mantienen las entidades encargadas de ejercer control fiscal, por mandato Constitucional y legal, se reducen al mínimo y de contera, se someten o somos sometidas al riesgo de la desaparición o a la grave crisis judicial, quedando al garete el control en nuestros sujetos de competencia .

No es esta una culpa imputable a las estrategias de la administración Pública, pues es sencillo y además lógico pensar que lo que ahora debemos respaldar,

es todas y cada una de las medidas de atención a la pandemia, a los canales de apoyo físico, profesional y obviamente económico, para que no se vaya a pensar siquiera de soslayo, que los contralores territoriales de Colombia, o el
contralor Departamental de Risaralda, viene pensando de manera egoísta en  todos los funcionarios y contratistas de 32 contralorías Departamentales, 31 contralorías Municipales, 4 distritales, que de continuar el grande riesgo
financiero para que sigamos cumpliendo funciones, vamos a desaparecer.

Lo más grave hoy, es que NO es viable pensar siquiera en estrategias gerenciales de reorganización o  reestructuración de las entidades de control, porque las acciones de defensa judicial de los funcionarios y colaboradores

externos que eventualmente serían retirados o sus contratos terminados, desbordarían los pasivos contingentes; sin perjuicio de que pensando en las antecitadas consecuencias, los Decretos Legislativos y mandatos superiores,
impiden los despidos.

Ahora bien, los planes de gestión, así como los programas presentados ante las corporaciones Públicas, por los antes candidatos, hoy contralores electos, (esto para quienes lograron conmigo, que el proceso de selección por
concurso de méritos concluyera), debe ser ajustado a la objetividad, a fin de que sean cumplibles, pues no solo es el término de la transición dispuesta en el acto legislativo 04 de 2019, reglamentado mediante el decreto ley 403
de 2020, una contingencia que deben conmigo afrontar los ya posesionados, y los que fungen como encargados, sino además las dificultades de trabajar con las mínimas o complejas herramientas virtuales y tecnológicas con las que
contamos, pues en la mayoría de sujetos de control, no se encuentran en total funcionalidad, debido a la insuficiencia de recursos, y ahora la grave crisis económica para poder existir, pues nadie va a cambiar (como es apenas lógico
pensarlo), el pago de impuestos por un mercado necesario para calmar las necesidades alimentarias de la familia; nadie va a dejar de pagar servicios Públicos por comprar licor, entre muchísimos otros ejemplos domésticos que
más vale la pena no presentar y es de ello de lo que subsisten los organismos de control territorial.

A lo anterior se agrega la polarización que siento entre los conformantes de este grupo, que en lugar de estar pensando en cómo buscar el acompañamiento de quien en este momento puede emanar normas para que
la crisis anunciada NO se produzca, venimos haciendo críticas y echando  sátiras al representante de la instancia de control superior, como si ello lograra algo.

Por favor excúsenme lo directo de mis manifestaciones, pero es necesario e incluso imperativo, que todos unidos como un verdadero consejo Nacional de Contralores, presentemos propuestas aterrizadas y dejemos de enviar
mensajes satíricos, que por lo mismo causan desinterés en la dinámica que se espera en este grupo selecto, además de llenar los espacios de nuestros equipos y en lugar de ello, sigamos haciendo aportes positivos y comunes a
todos, como el de la normatividad vigente y aplicable y cómo no, las ideas de solución por quienes tienen experiencia o manejo del tema.

Les invito compañeros, a que frenemos comentarios que favorecen o no a cualquier persona; busquemos mejor utilidad al grupo que se conformó con otros propósitos, diferentes a los que algunos lo consideran, y pensemos en
estrategias y posibilidades que atiendan a salvaguardar intereses y afectos COMUNES.

Se me ocurre y espero no sea descabellado, propongamos al Gobierno Nacional se encargue del asunto de interés financiero de nuestras entidades, y gracias a que somos una fuerza muy visible en todo el país, se atiendan
nuestras preocupaciones y se expidan sendas normativas que tranquilicen, no solo a nuestros homólogos, sino y más importante aún, a todos los funcionarios del control fiscal en Colombia.

Cordial saludo,

ALVARO TRUJILLO MEJÍA

Contralor General del Departamento de Risaralda.
De Profesión Abogado.