29 de marzo de 2024

La culpa es de la gerencia

24 de enero de 2020
Por Lynda N. Meléndez
Por Lynda N. Meléndez
24 de enero de 2020

Encontrar culpables, nunca ha solucionado un problema. Sin embargo, cuando hablamos de qué tan creativa es o no una organización, normalmente sí hay un gran impacto del papel que juega la gerencia en este proceso.

En estos tiempos de cambios vertiginosos en la tecnología, los avances en la Inteligencia Artificial y los nuevos mercados que se abren con productos y servicios que ni siquiera sabíamos que necesitamos, resulta muy importante evaluar qué tanta importancia le estamos dando al desarrollo de la creatividad al interior de nuestras organizaciones.

Algunas personas confunden la creatividad con la innovación, para explicarlo de forma corta, la creatividad se refiere a la generación de ideas mientras que la innovación implica la aplicación de esas ideas en la mejora o desarrollo de productos y servicios que se ofrecen al mercado.

¿Por qué es importante que todas las organizaciones, independientemente del sector o del tamaño, estimulen la creatividad?

Existen cuatro razones fundamentales. En primer lugar, evita que las empresas queden atrasadas y estancadas en una sola idea de negocio o en un una sola forma de hacer las cosas. El mercado está cambiando a pasos agigantados. Quedarse en lo que está funcionando en este momento, puede ser la razón para que un negocio quiebre.

En segundo lugar, ayuda a la compañía a ser más competitiva y eso hace que esté en permanente mejora y siempre a la búsqueda de más y mejores oportunidades. La tercera razón es la experiencia ya que, independientemente del éxito de una idea, la empresa sabe algo más que su competencia: lo que funciona y lo que no.

Por último, y no por eso menos importante, es que, al estimular la creatividad de los trabajadores, se está aprovechando todo su potencial además de contribuir con su desarrollo personal y profesional. Tiene más ventajas una organización que aprovecha el potencial creativo de sus empleados, que una que lo limita.

Para que las ideas nuevas o mejoradas lleguen al proceso de innovación, se deben dar una serie de condiciones internas, de tal forma que las ideas brillantes no mueran tan pronto nacen.

La primera condición, es que haya un espacio apropiado para su gestación. Esto quiere decir que los ambientes demasiado estructurados funcionan para algunas cosas, pero no para todas. Si una organización quiere estimular la creatividad de sus colaboradores, puede empezar por facilitar espacios relajados de interacción, donde puedan surgir reuniones informales que permitan que los pensamientos fluyan libremente, sin condicionamiento.

La segunda condición, es vincular personal creativo. Todos los seres humanos tenemos la capacidad de ser creativos y de solucionar problemas en formas no convencionales. Así que, en los procesos de reclutamiento, se pueden incluir aspectos relacionados con la creatividad y apostar por aquellos que fácilmente la demuestren.

Penalizar el error y/o el fracaso, es una de las formas de matar la creatividad al interior de la organización. Por esto, la tercera condición es favorecer entornos de aprendizaje que permitan el experimento, el ensayo y error, ya que sabemos que aprender de los errores es una de las formas más efectivas de desarrollar talentos: “nadie nace aprendido”, dice un adagio popular. Es importante dar espacio y valor al aprendizaje.

Por último, la cuarta condición es incentivar el diálogo y la mente activa. Aquí es donde más pecan muchos jefes. He escuchado anécdotas donde el/la jefe “mata” las ideas de sus subalternos, simplemente porque no se le han ocurrido a él/ella primero. En otros casos, presenta la idea de un subalterno, apropiándose de los créditos por la idea.

Si miramos las cuatro condiciones, dependen fundamentalmente de las políticas que se tengan en una organización, que faciliten que los colaboradores comuniquen sus ideas de mejora y tengan un canal apropiado para su desarrollo. Donde más he visto que se falla, es en el canal de comunicación, ya sea porque no existen canales apropiados para el desarrollo de una idea novedosa, o porque la persona a cargo se siente amenazada cuando uno de sus subalternos es capaz de pensar diferente, “por fuera de la caja”.

Para concluir, cuando permitimos que nuestros colaboradores desarrollen su creatividad, no solo les estamos permitiendo crecer personal y profesionalmente, también estamos frente a una fuente de gran riqueza para las organizaciones. Ningún consultor o asesor externo podrá conocer tanto nuestra organización como el mismo personal. Recordemos que Steve Jobs salió de IBM porque a ellos no les interesó la idea de desarrollar computadores personales y, ahora, todos en casa disponemos del desarrollo de esa idea.

Facilitar o limitar la generación de ideas y desarrollarlas, es algo que depende, fundamentalmente, de la gerencia.