29 de marzo de 2024

Radiografía del 21N

2 de diciembre de 2019
Por Humberto de la Calle
Por Humberto de la Calle
2 de diciembre de 2019

El telón de fondo del 21N es la demografía y la sicología. Ahora somos una sociedad que envejece. Padecemos el doble efecto de continuar aumentando la población, pero la base de trabajadores activos se va achicando. El futuro no es risueño. La explosión demográfica cederá hacia el 2050. En ese momento los países industrializados perderán población. Ya en 2100 todos disminuiremos. No hay que equivocarse. Esta situación, por sí misma, no es buena noticia. La respuesta vendrá de la tecnología, la inteligencia artificial, los robots y la productividad. Y en ese terreno no seremos propiamente campeones. Y todo esto ocurrirá en un mundo -la casa común- cuya subsistencia está puesta a prueba. Los jóvenes de la postguerra crecieron con el temor de la destrucción nuclear. Los de hoy nacen con un temor peor: la destrucción del planeta. Su sicología está traspasada por el miedo. A lo cual en este paraje colombiano, toca sumar la falta de universidad asequible, la destrucción de las fuentes de trabajo, los problemas en el sistema de salud y la violencia.

El impactante número de personas que ingresaron a la clase media han visualizado el espejismo del consumo. Pero sienten que están en la cuerda floja. Que volver a caer en la pobreza es posible. Pobreza tanto más dolorosa en cuanto se alcanzó a fisgonear la miel del desarrollo.

El gobierno -el país- afronta problemas reales. Como dijo Caballero Argáez tenemos un semi-estado de bienestar desfinanciado.

Al momento en que afloró el 21N, quizás no había ni hay solución completa para ese cúmulo de problemas. Pero la respuesta basada en el reflejo condicionado del comunismo ficticio, no podía ser más pobre. Al menos un nuevo enfoque que comprendiera y mostrara empatía por la atormentada sicología de los jóvenes, debió haber desplazado la rutina del ciclo comunismo-Esmad-plomo es lo que hay. Tantos años el CD cultivando el odio, generaron un ambiente de ferocidades mutuas.

¿Qué hacer? Diálogo genuino. La Conversación que propone el gobierno es útil en cuanto permite revisar las realidades nacionales. Pero tiende a convertirse en un panel cuando lo que se necesitan son pactos.

La clave central ya la dijo Mockus: todos ponen. Un nuevo pacto social implica un enfoque totalmente nuevo del gasto público, un serio compromiso de los ricos con la solidaridad, pero también comprensión de parte de los protestantes sobre las limitaciones. El sistema pensional es insostenible como está, pero además naufraga en la abundancia de subsidios para los privilegiados. Un sistema público de salud tiene un compromiso con la medicina más avanzada. Pero no a costa de olvidar las endemias más comunes. Unas pocas dosis de modernas drogas pueden significar la muerte de niños chocoanos por disentería y malaria. El éxito del sector financiero debería ir de la mano de universidad abierta y gratuita. En fin. Desafío complejo. Pero al menos entendamos el diagnóstico: ni esto es para tumbar a Duque ni para que unos agentes de Chávez manejen a Colombia.

Coda: Dylan murió por la utilización de un arma no letal. ¿Alguien puede entender este oxímoron que nos presenta el Ministro de Defensa? Rosita Alvirez murió un día de suerte, porque de varios tiros que le dieron solo uno era de muerte.