25 de abril de 2024

Arde América Latina

11 de noviembre de 2019
Por Alberto Zuluaga Trujillo
Por Alberto Zuluaga Trujillo
11 de noviembre de 2019

La pérdida de la paciencia pública despierta una preocupante inquietud sobre el futuro en América Latina. El inmenso descontento en los países vecinos  hace temer por lo que pueda suceder en el nuestro por culpa de la desaceleración de la economía, cuyo crecimiento en el mejor de los casos como es el nuestro, no supera el 3.5  por ciento. Las guerras comerciales, el estancamiento de los tratados de libre comercio y el regreso del nacionalismo económico, plantean una amenaza real a nuestros países, según lo señalan expertos en la materia. Mientras el mundo dio la espalda a la globalización y a la apertura de fronteras para favorecer bloques nacionales y regionales, los gobiernos pro globalización enfrentan los anhelos de votantes que se tomaron en serio la promesa de derechos económicos y bienestar social, dicen  los entendidos. Cada país vive su propio drama, aflorando la realidad del desbarajuste de la integración hemisférica, enfrentando sus  gobiernos una insatisfacción popular que va en aumento y una abierta y profunda desconfianza en sus dirigentes e instituciones. “Podría decirse que hay más rabia y frustración que en otras ocasiones cuando la respuesta ante las crisis era la resignación”, dice el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno y agrega: “Hay quienes creen que las redes sociales ahondan la impresión de que a algunos privilegiados las crisis no los toca, lo cual da pie a un enardecimiento colectivo que se retroalimenta, se expande y lleva a la anarquía”. Lo que viene ocurriendo en el vecindario nos hace pensar que algo parecido puede ocurrirnos. Si bien la protesta social ha hecho parte de la realidad cotidiana, los niveles de pesimismo y descrédito de las instituciones son de tal magnitud en los actuales momentos que “el pueblo” no toleraría más sacrificios sea a través de impuestos o de pérdida de algunos beneficios. El estudio económico recientemente dado a conocer por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, denuncia que nuestra inequidad es una de las más elevadas del planeta, resaltando el hecho de que los subsidios están dirigidos más hacia los que no lo necesitan. Por todo lo anterior, nos preocupa sobremanera el paro nacional convocado para el próximo 21 de noviembre por todas las Centrales Obreras, con la participación de la Cumbre Agraria, la rama Judicial, Fecode y más de 100 organizaciones sociales, estudiantiles, campesinas e indígenas, pues bien sabemos cómo comienzan pero no cómo terminan. Siempre habrá la posibilidad de que grupos extremistas amantes de la violencia intenten conducirlas hacia la agresividad y la  confrontación. El levantamiento indígena en el Cauca es un problema, no de guerra, sino de desarrollo social. Las rutas de la coca, la disputa de la tierra y la tensa relación entre las comunidades indígenas y el Estado, son algunos de los motivos que dan continuidad a esta violencia. Mucho espera el Cauca del presidente Duque y mucho el país de la manera inteligente en que proceda el Gobierno.

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