29 de marzo de 2024

Desde hoy en Manizales ‘Me llevarás en ti’, el regreso del romance al cine

24 de octubre de 2019
24 de octubre de 2019

Con la certeza de que en Colombia hay mejores historias para contar, el director Iván Obando se embarcó en una cruzada cinematográfica que lo llevó durante casi dos semanas por Europa, para rodar en lugares tan emblemáticos como el Coliseo Romano de la ciudad de Cartagena, en la costa del Mar Mediterráneo (España); la Plaza de San Marcos y el Gran Canal, en Venecia (Italia), y contar sobre el amor prohibido entre el empresario colombiano Gonzalo Mejía y la condesa Isolda Pruzinsky.

Su protagonista, que vivió entre 1884 y 1956, fue conocido como “el fabricante de sueños”, pues Gonzalo fue el precursor de la aviación en Colombia, trajo el cine al país e hizo grandes obras de infraestructura que permitieron comunicar el centro con la costa Atlántica, entre otros grandes logros.

Su vida fue plasmada en el 2016, por el mismo director Iván Obando, en un libro también llamado Me llevarás en ti, el cual se convirtió en un éxito de Editorial Planeta a finales de ese año y apenas unos meses después fue llevado al cine de la mano de las actrices Mariana Fernández y Geraldine Zivic, quienes interpretan a la condesa en diferentes momentos de su vida y el actor Carlos Fernandez, con un interesante recorrido en producciones de televisión.

Junto a ellos, como parte del elenco, Gonzalo VivancoAldemar Correa María Gaviria, así como el cantante Sebastián Yatra, quien se estrena en la pantalla grande como artista musical invitado, en una de las más bellas escenas de esta producción en la que destaca el vestuario de época del diseñador Diego Guarnizo y la música a cargo del director Camilo Giraldo y la Orquesta Sinfónica Juvenil de Antioquia.

“Quisiera que esta película proponga una forma nueva de producir y proyectar el cine colombiano, basándonos en que en Colombia tenemos mejores historias para contar”, asegura su director, haciendo referencia a esos personajes que se esconden en las crónicas y la oralidad del país, y que de cuando en cuando alguien desempolva para rescatar lo más positivo de lo que identifica a los colombianos. 

Me llevarás en ti se narra a lo largo de 50 años, lo que significó un enorme esfuerzo de producción, no solo porque fue rodada en tres países, lo que implicaba el traslado de un gran equipo, sino también por su género: romance, que tan poco se ha explorado en el cine colombiano en los últimos años y que requería de un mayor trabajo para lograr la financiación de una producción de gran factura.

Para esto el director se propuso una misión realmente titánica: lograr socios en España e Italia y en menos de dos semanas hacer un trabajo de arte tan complejo que devolviera al espectador 113 años en el tiempo.

Para rodar en España se conformó un equipo de 28 colombianos que se integraron en Madrid con otro equipo local de igual tamaño y luego los colombianos se unieron al equipo de producción de Italia, que tenía cerca de 20 personas. Al final alrededor de 80 personas se movieron coordinadamente para lograr un plan de rodaje bastante apretado que los llevó a dormir solo tres horas diarias.

La otra parte de la historia se rodó en Antioquia, en sus bellas montañas -que nada tienen que envidiarle en la pantalla a las locaciones internacionales- en el corregimiento de Santa Elena, en el Embalse de Guatapé y en el Pueblo Museo Cauca Viejo, que es una urbanización temática con casas de estilo arquitectónico antioqueño del siglo pasado, sin postes de luz y cuyo aspecto antiguo era perfecto para esta historia de época.

La historia de Gonzalo

El director Iván Obando reconoce que la historia del libro y la película bien podría no haber pasado de ser un documento histórico como cualquier otro, pero un libro a manera de biografía, escrito por Alberto Mejía, autor casado con alguien  cercano a la familia, reveló que Gonzalo Mejía había conocido y se había enamorado de una condesa en Roma, lo que le dio el toque que necesitaba para contar sobre este hombre, desde un ángulo diferente.

Investigó y supo que Luis, uno de los hijos de Mejía, aún vivía y empezó a visitarlo y a tener largas charlas con él. “Era un hombre de 90 años, hermoso, educado y durante tardes enteras me mostró cartas de Don Gonzalo escritas en francés”.

Sin embargo eran muy pocos datos sobre la condesa polaca de la que se enamoró, así que su siguiente tarea fue establecer una conexión sobre cómo la escondió la mamá, quién era ella y por qué terminaron en Rusia. No se tomó libertades y fue así como el nombre de Isolda Pruzinsky resultó de escudriñar en la nobleza y hallar un personaje que encajaba perfectamente con el perfil del amor de Mejía.

“Cuando haces una novela histórica tienes la libertad de escribir lo que te da la gana, pero tienes que ser consecuente con esto. Si tienes una persona que está en Rusia debes entender que lo que sucede en ese entorno afecta completamente la historia. Muchas veces me senté a escribir y empezaba una idea, pero inmediatamente debía parar e ir a investigar y terminaba leyendo 50 documentos para ser responsable con lo que plasmaba”.

Anécdotas de película

·       Aunque a lo largo del rodaje vivieron mil experiencias, el director recuerda especialmente que en la Plaza de San Marcos, les autorizaron solo dos horarios de grabación: de 11 a 12 de la noche y de 5 a 6 de la mañana. Optaron por el horario de la noche y en medio de una milimétrica planeación lo lograron. Cuál sería la sorpresa que al día siguiente alguien del equipo volvió al lugar muy temprano y descubrió que este se había inundado.

·       Si algo tiene el cine, es magia. En una de las escenas se aprecia en el exterior a Gonzalo e Isolda paseando por Venecia pero que al ingresar a un salón de baile este fue recreado en el colegio La Presentación del municipio de Envigado. Al final, un resultado realista que respetó la historia y permitió el traslado entre continentes y geografías con total éxito.

·       La historia de amor de Me llevarás en ti, no solo está inspirada en personajes reales sino también en situaciones reales, una de ellas es el cáncer de seno al que se enfrentó una de las mujeres de la familia de Gonzalo Mejía y a la que se le dedica una escena bastante sensible en la película. Esta escena será entregada posteriormente a una campaña de prevención de esta enfermedad, con la que se busca llamar la atención sobre que en nuestra época este mal se puede combatir si se descubre a tiempo.

·       Semejante susto se llevó el equipo de la película durante la grabación de una escena en zona rural de Antioquia, cuando el protagonista Carlos Fernández, cayó de un caballo por la ruptura de un estribo y sufrió un fuerte golpe en su hombro derecho, por lo que su brazo tuvo que ser inmovilizado. Si algo le quedó claro al actor y mariachi, es que lo suyo no es la equitación.