28 de marzo de 2024

¿Hasta dónde nos alcanza el sentido común?

4 de junio de 2019
Por Fernando Ávila
Por Fernando Ávila
4 de junio de 2019

Hasta es una preposición. Sirve para expresar el término de lugares, acciones y cantidades continuas o discretas, según lo preceptuado por el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Pero a diario se utiliza mal esta preposición, y por ello se emiten mensajes que contrarían la intención que ellos tenían originalmente.

Veamos unos ejemplos correctos, primero:

– Desde el comienzo hasta el final.

– Desde Bogotá hasta Pamplona.

Hasta el sábado hay plazo para inscribirse en este curso.

– Solo lo creí hasta que lo pude ver.

Hasta el próximo lunes fue extendido el plazo de inscripción en el festival de bandas musicales.

Hasta que haya cesado el invierno se sabrá el resultado de sus efectos.

– Por ahora, el resto del gabinete es casi un ‘secreto de Estado’, que podría prolongarse hasta el martes.

Pero, simultáneamente, cumple las funciones de conjunción y de adverbio por su equivalencia a «incluso, también y aun» (esta última, sin tilde). De tal suerte, el vocablo hasta puede ser empleado para decir, por ejemplo: «Le hubiese hasta pegado».

Tal palabra se escribe con hache (h) para diferenciarla de asta, que es el palo o la varilla en que se pone una bandera. Esta segunda palabra se escribe sin hache.

Ocurre que al primer vocablo citado (hasta) se lo usa incorrectamente en muchas situaciones. Lamentablemente, también en este caso son muchos los periodistas, locutores y publicistas los encargados de promover esa incorrección. El común de la sociedad la repite.

Obsérvense, ahora, algunos casos en los que hasta se usa mal:

1.«Hasta la semana entrante se conocería el gabinete de trabajo que acompañará al alcalde….»: En esta oración quisieron decir que la semana entrante se conocería el gabinete, pero por haber antepuesto hasta dañaron el sentido de la expresión, con lo que terminaron diciendo que desde la fecha de publicación de la noticia hasta la siguiente semana duraría el conocimiento de la conformación del gabinete municipal. ¡Mucho tiempo para algo tan sencillo! Debieron escribir: «La entrante semana se conocerá el nuevo gabinete»; o «El gabinete no sería conocido sino hasta la entrante semana»; o «Antes de la semana próxima no se conocerá el equipo de Gobierno». 

  1. «Llévelo ahora y páguelo hasta febrero»: Corresponde a un anuncio publicitario. Con él se pretendía decirles a los potenciales compradores de un electrodoméstico que podían adquirirlo sin cuota inicial, llevarlo a casa y empezar a pagarlo en febrero. El anuncio fue divulgado en diciembre. Pero el problema radicó en que por decir «hasta febrero» terminaron diciendo que desde el momento en que el aparato estuviera en manos del comprador este debía empezar a pagar su valor; ese ejercicio duraría hasta febrero, es decir dos meses. No habría, entonces, ninguna promoción ni ventaja alguna para el cliente. ¡Solo tenía dos meses para pagar la totalidad del valor! Corrección: «Llévelo ahora, y páguelo desde febrero»; o «Disfrútelo desde ahora, que nosotros esperamos hasta febrero para que empiece a pagarlo»; o «Llévelo, y empiece (principie, inicie, comience) a pagarlo en febrero». 
  1. «Hasta que no venga Juan, usted no podrá salir»: Es muy común esta forma de expresión, pero no es aconsejable. Porque hay dos conjunciones negativas (no) en la expresión. Una de ellas debe considerarse expletiva, es decir, innecesaria. De tal suerte, será mucho mejor ─y lógico, además─ decir y escribir: «Usted no podrá salir hasta que venga Juan». O si se quiere eludir el uso de hasta, bastará con decir: «Usted saldrá solamente cuando venga Juan». Es más directo y puntual.