28 de marzo de 2024

Los sueños de Caldas van por carretera

1 de mayo de 2019
Por John Fredy Franco
Por John Fredy Franco
1 de mayo de 2019

En el año 2008 tras obtener la mayoría en las urnas para ser Gobernador de Caldas se posesionó Mario Aristizábal Muñoz. Llegó al poder seccional bajo el aura de su visión empresarial y con la firme convicción de hacer un quiebre en la tradicional historia del departamento que hasta ese momento se había movido en perfiles administrativos austeros y casi invisibles al impacto sobre el grueso de la opinión pública.

A la par con su plan de desarrollo este Gobernador lanzó una ambiciosa apuesta para obtener recursos contingentes a la que llamó “el plan del billón”. La meta era un billón de pesos adicionales para apalancar proyectos estratégicos que por años venían soñando los caldenses.

Como lo reseñó un artículo del diario La Patria por esos días, con este plan atrevido “muchos comenzaron a soñar con los proyectos propuestos: el plan vial, cofinanciación de Aerocafé, el anillo vial en el Centro-sur, el Puerto Multimodal en La Dorada, Plan Departamental de Aguas, dos call center en las subregiones, nuevos escenarios deportivos y culturales, estrategia para la reducción de la pobreza extrema y hasta una ciudadela del conocimiento y la innovación en La Nubia (Manizales)”. 

El mandato de Aristizábal Muñoz concluyó abruptamente en septiembre de 2011 tras una seguidilla de escándalos ligados a hechos de corrupción que años después de investigación de índole disciplinaria y fiscal, los entes de control terminaron archivando.

En esa administración se articuló el gran plan vial de Caldas, el proyecto de mayor trascendencia que pretendía por fin pavimentar cientos de kilómetros de vías secundarias conectando de forma ágil y moderna cabeceras municipales y otorgando a la vez conexión a los municipios con las arterias viales principales como la vía al Magdalena, la autopista del café y la por entonces proyectada autopista de la montaña hoy pacífico 3.

Y si bien se logró avanzar en el propósito en puntos complejos de la geografía caldense, cierto es que todavía persisten viejos anhelos en franjas del norte y oriente; peticiones que resurgen de entre la agreste topografía de Caldas para señalarle a quién suceda en el cargo al actual Gobernador Guido Echeverri, que ojalá los próximos 4 años si alcancen en tiempo y dinero para por fin leer en titulares de prensa y observar en videos de redes sociales que la infraestructura vial de Caldas se conectó con las necesidades de cientos de ciudadanos que ven buenas vías en otros departamentos menos en su acceso inmediato.

A corte de 2018 la Gobernación de Caldas había invertido 43 mil 315 millones de pesos en la conservación y mantenimiento de la red vial y se han priorizado entre el 2016 y el 2019 cerca de 30 tramos viales que constituyen 116 kilómetros localizados en las 6 subregiones.

Al frente de la estrategia del Plan vial 2 está como secretario de infraestructura departamental un hombre técnico, diligente pero a la vez conocedor de las dificultades que conlleva no tener vías en condiciones óptimas para acceder a las cadenas de comercialización de productos agropecuarios o el simple desplazamiento de sus ciudadanos: Luis Alberto Giraldo Fernández ex Alcalde de Marquetalia, localidad  del oriente de Caldas que ha sufrido todos los dolores de cabeza como consecuencia de un notable rezago en vías que por fortuna ha ido superando.

Hoy cuando se discute el plan nacional de desarrollo documento del gobierno del Presidente Duque que concentra los proyectos estratégicos del país susceptibles de inversión en este mandato, vemos desfilar nuevamente como proyectos estructurados los viejos anhelos que sirven de nuevo discurso para los hoy candidatos: intervención vía Salamina, Pácora, Aguadas, conexión Pacifico III, intervención vía Sonsón – La Dorada e intervención vía Salamina, Plan Vial Departamental (vías secundarias), conexión vial de los ejes turístico y agroindustriales.

Y eso que quedó engavetada la transversal de Caldas sueño de conectar mediante una vía de alto nivel el norte con el oriente enlazando Neira, Marulanda, Manzanares, Marquetalia, Victoria y de ahí el Magdalena Medio y quedar a  “un paso” de Bogotá, el anillo vial centro sur que daría acceso a Aerocafé (aeropuerto que sigue en fase de carreteo infinito y que cada ciclo que pasa deja como consecuencia un aumento del presupuesto que se requiere para al menos verlo en la próxima década), la rectificación de la vía Manizales- Mariquita  o la modernización de Manizales- Cambao otro de estos tantos sueños a los que se les invierte mas en diagnósticos y en desayunos de foros o debates.

Así pues, mientras Caldas se mueve entre planes para sobrevivir, poco ambiciosos y nivelados con unas metas muy bajas, los vecinos del eje (Risaralda, Quindío) gozan las mieles de una red vial óptima y ni que decir de los departamentos de Antioquia, Valle, Cundinamarca que ya están años luz de nuestra aún precaria infraestructura de carreteras.

Para mi gusto hacer gestión en lo público/administrativo no es solamente enmarcar y limitar en una etiqueta de transparencia, austeridad y supuesta realidad financiera los proyectos.

Otras experiencias departamentales han demostrado que pensando en grande, con capacidad de gestión y proyectos aterrizados se puede lograr ese plan B que permite avanzar.

Ojalá los próximos gobernantes dejen atrás como lo dijo recientemente el Senador Liberal Mario Castaño “esa práctica de venderle a los caldenses simples especulaciones o aventuras idílicas a las cuales mal nos han acostumbrado en el pasado”.