La `minga` cafetera
Minka en Quechua: “es una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social”.
Revisando historia y tradición: son aportes comunes que enseñan liderazgo, compromiso, trabajo en equipo, colaboración.
¿Qué pasa si la “minga cafetera” – dos tipos de productores del café: los que dominan la tierra y el cafetero montaraz – se lanzan a un paro y bloquean las vías, a finales de este mes en Armenia?
Bueno, y si persiste la “minga” real de los indígenas que arrastran ya un tiempo largo, preocupante en el cual el Presidente Duque, ¿saldrá bien librado’ Ha dudado mucho sobre su intervención cierta como gobernante. Pero estamos seguros que habrá un caos con una Colombia paralizada.
¿Será, también, una “minga” de la oposición? El descuaderne que se siente hoy es otra tragedia. Como la de los cafeteros, los repetidos paros de los camioneros, profesores, estudiantes, dignidades agropecuarias, las que se repite con actores disímiles en salud.
Ello ocurre y convierten el banquete en un exquisito menú partidista en el Congreso. En las regiones, varios departamentos sufren sus consecuencias. . ¿Afectará ello, en las elecciones venideras, al Centro Democrático, como partido de gobierno en Colombia?
Los productores de la rubiácea, adictos hoy al CD y al conservatismo, viven grandes contradicciones. La Minga, resopla oposición.
Pero las cifras cafeteras, como aporte histórico, dinamizador de la economía regional, es un tema grave para las municipalidades nuestras. Igual, para muchos departamentos donde existen 877 mil hectáreas. A unos les dan todo: $10 billones y $4.6 billones que reclaman más contra los $2 billones – si se permite el término – contra la institucionalidad rural en Colombia (inclúyase, los 541.183 caficultores que cargan un costo de producción de $782.000, la carga del monocultivo. Un desastre e inequidad.
Lo grave, es que la economía nacional, se empeora.
No habrá forma de hacer una “minga” política para encontrar respuestas precisas ¿a las peticiones? Si estamos tan preocupados por Venezuela, ¿por qué no nos preocupamos por lo nuestro?
El invierno es otra “avalancha” peor que la incomunicación estatal. Esto no da largas.