28 de marzo de 2024

Dislipidemias, un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares

2 de marzo de 2019
2 de marzo de 2019

 

Imagen E.P.S. Sanitas.

Una alteración del nivel de grasas en la sangre, conocida como dislipidemia, es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares tan importante como lo son el tabaquismo, la hipertensión o llevar una vida sedentaria.

Según la doctora Luisa Fernanda Bohórquez, médica diabetóloga adscrita a Colsanitas, “Estas alteraciones tienen que ver con los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, por eso pueden ser hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y dislipemia mixta”. Son muchas las razones que pueden provocar esta situación, ya sea heredados o adquiridos. A continuación 7 aspectos a tener presentes sobre los dislipidemias.

  1. El colesterol: es una sustancia grasa que está presente en la sangre y es clave para la formación de múltiples hormonas y otras sustancias fundamentales como la vitamina D. El hígado lo produce en cantidades necesarias, pero también se obtiene cuando se consumen productos de origen animal, especialmente lácteos y carnes rojas ricas en grasas saturadas.
  1. Los triglicéridos: otro tipo de grasa son los triglicéridos (conformados por ácidos grasos saturados o insaturados (omegas), que se producen en el hígado y también provienen de alimentos grasos. De esta forma el consumo adicional se acumula en el tejido adiposo y funciona como reservas de energía, pero su presencia en exceso lleva a la obesidad donde se guardan en forma de triglicéridos.

De otra parte, cuando sus niveles son muy altos en sangre (hipertrigliceridemia) frena la formación del colesterol protector o “bueno” HDL. Este tipo de dislipidemia es muy frecuente en obesidad y en diabetes y por esta razón es importante controlar también el aumento de triglicéridos así como el de colesterol LDL.

  1. Dislipidemia mixta: la dislipemia mixta incluye la elevación de los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos a la vez (y en muchos casos disminución de colesterol de HDL, el protector).
  1. Un factor de riesgo sin síntomas: la dislipidemia no produce síntomas, es silenciosa y sin manifestaciones claras que permitan orientar un diagnóstico temprano. Solo se puede conocer mediante el análisis de sangre rutinario, conocidos como perfil lipídico.

Si existen factores de riesgo como el sobrepeso, hipertensión, tabaquismo, antecedentes familiares de colesterol alto o enfermedades cardiovasculares, falta de actividad física o estar en edad avanzada, se recomienda realizar las pruebas de manera temprana.

  1. Origen de las dislipidemias: una forma de clasificarlas es por su origen. Existen un tipo de dislipidemia asociada a defectos genéticos y a formas hereditarias de colesterol alto, conocida como hipercolesterolemia familiar. Es menos frecuente pero es muy importante detectarla tempranamente en niños, ya que tienen riesgo temprano de infarto si no se detectan y tratan oportunamente.

Las más frecuentes son las dislipidemias adquiridas o secundarias, especialmente por un estilo de vida poco saludable. Incluso, se puede tener el marcador genético silenciosamente, pero los malos hábitos de alimentación, sedentarismo y obesidad hacen el resto para que la enfermedad aparezca. También puede ser secundaria a una enfermedad como la diabetes, la obesidad, el hipotiroidismo entre otras.

  1. Controlar una condición crónica: aunque se recomienda mantener una dieta balanceada y realizar actividad física de forma rutinaria, esto por sí solo es poco efectivo para el control de la dislipidemia. Por eso se requiere medicación de por vida, especialmente con estatinas, para controlar los niveles altos de colesterol en la sangre y disminuir el riesgo cardiovascular de no ser posible solamente con estilo de vida.  Otras fracciones como los trigliceridos también deben estar en metas y a veces se requieren fármacos adicionales de tal manera que el control de las dislipidemias debe ser guiado y monitoreado por médicos entrenados en ese tema.