28 de marzo de 2024

Quorum de nietos 

Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).
18 de febrero de 2019
Por Óscar Domínguez
Por Óscar Domínguez
Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).
18 de febrero de 2019
Por fin pasamos del amor por Skype con nuestros nietos australianos al contacto físico; de la fría caricia cibernética a catorce mil kilómetros, a los besos en cachetes con pecas. Como la montaña no fue a ellos, los mellizos Mateo y Patrick vinieron a la montaña desde Melbourne.
No fue fácil para los abuelos paternos darles el amor represado durante ochos años. Cada vez que pasaban por nuestro lado los acosábamos a punta de picos y abrazos.
Nos saludaban en su naciente español: «Hola, abuela» o «abuelo», y en ese momento nacía una estrella. Los abuelos tercermundistas revirábamos con el clásico “I love you”, aprendido a marchas forzadas en el Duolingo.
Para dármelas de original, le intrigué al sabelotodo tío Google traducción para esta frase: “Bacancitos, nos despiporramos,  nos volvemos hilachas, ripio, nada por ustedes”. Google anda buscando sinónimos.
Saben ellos que en el abuelo tercermundista tienen bobo propio hasta la consumación de los siglos. Copiándonos del irreverente arquitecto-guaduólogo, Simón Vélez, ratificamos que los nietos son la prueba reina de que existe la reencarnación.
En paisalandia los dos de Melbourne conocieron a sus primitas Sofía e Ilona, de seis y cuatro abriles. Fue como si “antes de conocerse se adivinaran”.
En principio, hubo escenas de celos por parte de las dos beldades de a puño por la doble competencia que atravesó el Océano Pacífico para exigir redistribución de afectos. Finalmente, tomaron las cosas a lo bien y compartieron amores con Nacho, el chihuahua, “buliniado” sin piedad por la extrovertida banda de los cuatro.
Nunca dimos con la clave para distinguir a un mellizo del otro. En principio, nos guiábamos por la ropa. Después de mirar cómo iban vestidos, escribía en la palma de la mano: Mateo es el de rojo. Pero era como escribir en el viento o en la arena.
Para ayudar a diferenciarlos, Patrick (¿o sería Mateo?) nos aseguró a través de intérprete que era más pecoso que su fotocopia. Mientras contábamos pecas nos daba la aurora.
El taita de estos repetidos primermundistas aportó otra pista: Mateo (¿o sería Patrick?) tiene una pequeña hendidura en la oreja izquierda. La descartamos por razones que voy a llamar obvias sin más prosa.
La madre cangura, antropóloga como su costilla, precisó que uno de ellos tiene un lunar debajo del brazo. ¿Cuál? Averigüelo, Vargas.  Tampoco activamos esta opción  porque cuando nos encontrábamos habría que ordenarles: ¡Brazos arriba!
Los “aussies” nos hicieron recordar un poema del fallecido poeta Óscar Echeverri Mejía a sus mellizos: “Los dos forman un río: el uno es agua… el otro cauce…”.
Aprovechamos para dedicarles, de Richie Ray y Bobby Cruz, la canción salsómana «Gan Gan y Gon Gon» quies «se parecen tanto que no se distinguen». Las maldades del uno se las achacan al otro.
Ya están de regreso a Oz o cangurolandia. ¡Cómo disfrutamos este amor a primera vista ocho años después!
Nos queda la feliz opción de quererlos con irresponsable amor de abuelos y ennietecer a distancia, con el charco de por medio.

Ñapa, dos poemas

Canguros
Y un fallecido amigo y poeta, Óscar Echeverri Mejía, tuvo mellizos en dos esposas; con la primera, varones, con la segunda, varón y mujer.  A ellos les dedicó estos poemas:

LOS HERMANOS 

(A mis hijos Fernando y Horacio)
Nacieron a la par, como dos ojos.
Caminan al unísono en la vida
Igual a una mirada.
Van –aun distantes en lugar y tiempo-
Paralelos y fieles, cual dos manos.
Los dos forman un río: el uno es agua
Que huye sin cesar, mas no abandona
Su lecho. El otro es cauce que retiene
En sus brazos el río fugitivo.
De una misma porción de barro, fueron
Por el amor formados.
La sangre les fue dada en proporciones
Exactas –como el alma- y repartida
Entre sus dos gemelos corazones.
SON LOS DOS UN ESPÍRITU IRROMPIBLE
(A Óscar Felipe y Carolina)
Tiene él de mí la escuálida figura
Que don Quijote me legó. En sus venas
Se prolongó mi sangre sin cadenas,
Mi linaje por él vive y perdura.
Es ella la razón de mi ternura
Y surtidor humano de azucenas.
Con su sonrisa esfúmanse mis penas,
En sus manos anida la tersura.
Son los dos un espíritu irrompible,
Un solo corazón indivisible
Que al únisono late en armonía.
Fueron puestos por Dios en mi destino
Para ablandar las piedras del camino
Y rebosar de amor mi poesía.
Mellizos:
Leído por ahí:
En español tenemos dos palabras diferentes para referirnos a los nacidos en un mismo parto: gemelos* y mellizos. La palabra latina geminus significaba ‘dos iguales’, ‘duplicado’; de su diminutivo gemellus, se formó gemelo. Pero durante la Edad Media, ocurrió otro cambio: gemellus siguió evolucionando hasta convertirse en el latín vulgar medieval, en gemellicius,que derivaría en español antiguo en emellizo y, más tarde, en el Diccionario latino-español, de Nebrija, en mellizo.