28 de marzo de 2024

Terna inviable para el mínimo

14 de diciembre de 2018
Por Rubén Darío Barrientos
Por Rubén Darío Barrientos
14 de diciembre de 2018

Largo & Ancho

Ahora que están de moda las ternas, pero sobretodo las ternas inviables, apareció otra de esa laya: una terna inviable para el salario mínimo 2019. Resulta que está integrada por: A) La Central Unitaria de Trabajadores (Cut), que propone un ajuste del salario mínimo del 12%, es decir, $93.749; B) La Confederación de Trabajadores de Colombia (Ctc), que propone un ajuste del salario mínimo del 10,32%, es decir, $80.624 y C) La Confederación General del Trabajo (Cgt), que propone un ajuste del salario mínimo del 10%, es decir, $78.124. ¿Quieren más inviabilidad? Todos los años, las centrales obreras, entre globos absurdos y disonantes, proponen cifras de ajuste para el mínimo por encima del 10%, lo que es una ridiculez, una quimera y una venta de humo. Deberían aprender de la sensatez para plantear números alcanzables. Sí, inviable la terna de la Cut, la Ctc y la Cgt.

Si hay algo aburridor en diciembre, son las discusiones sobre el salario mínimo. Todos los años la misma jartera: unos argumentan y otros contra-argumentan; unos piden y otros niegan; unos se anchan y otros se encogen. Entre gallos y medianoche, la Anif mete cucharada y propone un alza del 4,5% (siempre lo ha expresado así, en los últimos años) y los empresarios, también meten baza y se inclinan por un 4% (también el mismo porcentaje cantado de los años recientes), con el respaldo de la Asociación Nacional de Industriales de Colombia (Andi), la Sociedad de Agricultores de Colombia (Sac), la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria). Por lo pronto, el gobierno aún no ha anunciado su postura sobre este tema y la ministra Alicia Arango, lo único que ha dicho es que espera que el mínimo sea por concertación y se logre antes del 15 de diciembre, valga decir, dentro del primer plazo para llegar a un acuerdo.

Primero se discute la materia en subcomisiones, se mecen aspectos incidentes como la productividad y la inflación (pura botada de corriente) y luego se va a la mesa de negociación. Las centrales obreras se mantienen en la tesis cacareada de que el mínimo ha perdido su capacidad adquisitiva frente a la canasta familiar. Y los empresarios, replican, diciendo retóricamente que la coyuntura del país es difícil por el momento económico que se vive. No hay, pues, punto de encuentro en las curvas. Solo brechas… Los académicos estiman que el riesgo de trepar el salario mínimo desmotiva el empleo y puede taponar el crecimiento de los demás sueldos, causando que la demanda interna no se vea beneficiada. Más de lo mismo.

Lenguajes diferentes, temores distintos y orillas que divergen. Por eso se habla de un sainete, repetido y siempre nuevo. Radiografías de funcionarios que asisten, Ministra de Trabajo a bordo (la anterior también fue mujer), cronogramas, fraseologías económicas inalterables, posiciones inviolables, cifras de productividad, datos de inflación, televisión, radio y prensa. Todo un amasijo aburridor y largo. Distantes se muestran las propuestas aportadas por las partes que integran la mesa de negociación para definir el salario mínimo que regiría en Colombia para el año 2019. En el marco de estas negociaciones, desvela una propuesta del senador Álvaro Uribe Vélez, que ya pasó primer debate en la Comisión Séptima del Senado, en la que se plantea la posibilidad de que los trabajadores reciban una prima más para contrarrestar la furia de la canasta familiar.

Como se recuerda, hace un mes largo que Uribe Vélez radicó un proyecto de ley que propone el pago de una nueva prima adicional a las de junio y diciembre, para los trabajadores que ganen menos de tres salarios mínimos. La iniciativa busca compensar el efecto del costo rutinario en la población ocupada de menos ingresos. De ser aprobada, esta prima beneficiaría a 11.074.828 de personas ocupadas (el 49.2% del empleo total), lo que complica aún más las negociaciones que se están desarrollando entre empresarios, sindicatos y el gobierno para definir el incremento del salario mínimo de 2019. Son indudables los impactos de la reforma tributaria (llamada con prosopopeya de otra manera) y el eventual cimbronazo de la prima legal para la canasta familiar. Pareciera ser que la balanza se inclinará más por el 5% (el salario mínimo, pasaría de $781.242 a $820.304), lo que acaecería por decreto. Recordemos que el ajuste para 2018, fue del 5,9%, de manera concertada, lo que ocurrió en un desayuno de palacio el 30 de noviembre, cuando se sentaron a manteles Santos, la ministra Griselda, el ministro Cárdenas y los voceros de las centrales obreras.

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