29 de marzo de 2024

Cohesión contra la corrupción

Estudiante Doctoral. Magíster en desarrollo y planificación. Politólogo. Profesor universitario y consultor en políticas públicas. Interesado en educar para la política. Concejal de Manizales.
14 de agosto de 2018
Por Julián Andrés García Cortés
Por Julián Andrés García Cortés
Estudiante Doctoral. Magíster en desarrollo y planificación. Politólogo. Profesor universitario y consultor en políticas públicas. Interesado en educar para la política. Concejal de Manizales.
14 de agosto de 2018

 

 

Julián Andrés García Cortés

 

 

 

“De dónde vengo yo, la cosa no es fácil pero igual sobrevivimos”. Y es que, en este país de situaciones tan inverosímiles, vivir termina siendo un lujo. Por tal motivo esperemos que la corrupción haga lo que la paz no pudo y es lograr cohesionarnos como sociedad, como nación, como estado; y que nos dé la capacidad de encontrar algo en común, algo por qué luchar juntos y trabajar unidos para transformarnos, que tenga la capacidad de hacernos vibrar el corazón y hacernos sentir orgullosos de que se pudo lograr, más allá del fútbol.

Decir que Colombia es un país corrupto por naturaleza es una desproporción, culpar a nuestros aborígenes con la frase “la malicia indígena”, para justificar actos de infracción de la ley o de normas, es un desconocimiento histórico, máxime porque los primeros seres humanos que habitaron nuestro territorio, no tenían la concepción de malicia. Ahora, nuestra corrupción ya trae varias generaciones, se ha convertido en algo que hemos aceptado y que lastimosamente hemos aprendido a vivir con ella; se ha vuelto paisaje y cada vez que vemos un acto de corrupción o posiblemente nosotros mismos lo cometemos, no se nos ocurre denunciarlo o emprender un castigo legal o moral.

Esto se ha complejizado, y cada vez se vuelve más difícil de combatir con la entrada del dinero del narcotráfico a nuestra sociedad, debido a que el camino del atajo se convirtió en la mejor opción para solucionar las dificultades, el dinero todo lo puede comprar, desde jueces, congresistas, presidentes, hasta policías, guardas de tránsito o ciudadanos del común, y cuando el dinero no puede hacerlo, la violencia, el plomo y la crueldad se encarga de eso.

Este país no aguanta más, o es posible que sí, que aún como sociedad no hayamos tocado fondo y que todavía nos quepa más corrupción en nuestros actos, y que tengamos la capacidad de empobrecernos aún más a través de hechos de corrupción. Pero lo más importante y lo que debe dejar claro es que hay otros caminos, existen otras posibilidades y sin lugar a dudas somos capaces de asumirlas, lo único que necesitamos es voluntad política individual; que siendo la política el estudio del poder, e inherente a todos los seres humanos, es decir, que todas las personas tienen poder, necesitamos de la voluntad de cada uno de nosotros para que decidamos entre todos terminar con la corrupción.

Siempre nos hemos quejado de la corrupción y hemos señalado a nuestros dirigentes y a su inoperancia frente a este aspecto, donde sentimos que falta voluntad para luchar contra este flagelo, y no la tienen porque tienen intereses directos frente a la pérdida de recursos públicos o están ayudando a algunos amigos y cómplices para que se beneficien de estos recursos.

Pero el balón está en nuestro campo, ya no son nuestros dirigentes los que tienen el sartén por el mango, somos nosotros, y la posibilidad está latente. Hoy somos los verdaderos verdugos de la corrupción y de los corruptos, sin necesidad de preguntar o esperar a nadie, tenemos la posibilidad de darle un golpe de gracia al uso indebido de los recursos públicos. Sólo necesitamos voluntad política individual.

Unirnos como sociedad siempre ha sido difícil, los grupos políticos lo han impedido, sus discursos de odio no han permitido encontrarnos como sociedad, hay muchos libros que hablan y ejemplifican nuestra imposibilidad de trabajo en equipo. Es hora de cambiar la historia y es momento de cuestionarnos como sociedad, de integrarnos y ver cómo una masa sólida unida enfrenta un enemigo común y lucha por un objetivo que permite sacar nuestras fuerzas para demostrar lo que somos capaces como sociedad. Por eso este 26 de agosto saldré a votar 7 veces por el Sí en la consulta anticorrupción y los invito para que ustedes también los hagan.

@julianelpolit

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