28 de marzo de 2024

Evocación de Bianca Jagger

Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).
18 de julio de 2018
Por Óscar Domínguez
Por Óscar Domínguez
Fue director de Colprensa y ha sido corresponsal de Radio Francia Internacional y de la DW (Voz de Alemania).
18 de julio de 2018

Óscar Domínguez

Lo que puede la poesía. No pude ver a los Rolling Stones en esta encarnación pero en el festival internacional de poesía de Medellín de hace un año, coroné selfis con la nicaragüense Bianca Jagger, exesposa de Mick, cantante de la banda. Acabamos de ver al abuelo inglés en las graderías en el mundial de Rusia, trayéndole mala suerte a su equipo, Inglaterra.

De su “mártirmonio” con Jagger,  la modelo y actriz dijo que se acabó el mismo día de la boda. Al final ese amor eterno duró ocho años y se prolongó en una criaturita llamada Jade (1971).

Del casorio con Sir Mick Jagger, mamá Bianca evolucionó a ganadora del nobel alternativo, vocera de Amnistía Internacional y activista de los derechos humanos y de la causa indígena. Decidió no vivir por siempre en la pasarela.

La elegante, discreta, sencilla, misteriosa, delgada, informal y frágil Bianca, siempre de blanco, parece la reencarnación del “bolero” Angie que canta su ex. Camina como quien cultiva orquídeas.

Verla es oír Satisfaction, el himno de los sesenta que invitaba al descontento.

A Bianca y a los poetas y artistas como Saidash Begzy Oglu Mongush, de Tuva, que vinieron a orar y a cantar por la paz, les entregamos (virtualmente) las llaves de la ciudad.

La señora Jagger fue estrella en el 27º Festival Internacional de Poesía “construyendo el país soñado”. Audacias de Fernando Rendón, creador de la fiesta que termina el sábado.

La activista, modelo 45, es poco dada al vedetismo. Pocón de sonrisas en su rostro escaso de maquillaje. Con tantos asesinatos de defensores los derechos humanos no hay mucho qué celebrar.

La paz colombiana se merecía sus gotas de Chanel No. 5. Bianca y los demás invitados vinieron a dar un mano por la esquiva reconciliación a través de la poesía. Agradecidos.

Siempre era la primera en llegar a los actos en que es programada. No exigió agua importada de las montañas de Escocia con la que hacen el güiski. Le basta con agüita del tubo del municipio.

La vimos en el Parque de los deseos  y en el Museo Casa de la Memoria.

Una babel de poetas nos visitan. Los apoyan una batería de traductores y lectores afortunados que completan la tarea. Pero oír versos en lenguas remotas es de por sí otro poema.

Se me piantó más de un lagrimón con los versos escuchados.

Keith Richards, guitarrista de los Rollings, dijo de Bianca Jagger en su libro Vida, que es inteligente, de gran fuerza, “con un carácter de armas tomar. No me extraña que Mick no pudiera con ella”. Si Bianca llegara a tener sentido del humor, el abuelo Richards dice que se casaría con ella.

Utiliza bastón como quien luce un diamante. En fotos que bajé con horqueta de internet en sus días de jet set, también lo lleva. Me habría gustado robármelo, perdón, tomarlo en préstamo, para apoyar mi ocaso, pero daba pena con la visita.

La próxima vez, doña Bianca, avise. Mínimo, la invito a conocer las escaleras eléctricas de San Javier, un barrio popular, que visitó el expresidente Bill Clinton. En las alturas de la comuna 13 Satisfaction debe sonar del carajo. (Publicada en El Colombiano).