28 de marzo de 2024

El antes y el después de 1017 casas mejoradas por el Grupo Ladrillo Verde

Por Guillermo Romero Salamanca
17 de julio de 2018
Por Guillermo Romero Salamanca
17 de julio de 2018

Por Guillermo Romero Salamanca

El primer camión, conducido por Rafael Salazar arribó a los Altos del Divino Niño, un barrio de la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá, en julio del 2013. No serían las cinco de la mañana cuando se comenzaron a descargar los 4 mil ladrillos que llegaban para la primera familia que deseaba cambiar sus latas, tablas, trozos de cartón y poli sombras por material.

Así se inició el Programa de Mejoramiento de Vivienda del Grupo Ladrillo Verde, compuesto por las ladrilleras coguanas Ovíndoli, Tablegres y Gredos.

Han sido 5 años de permanente labor. Otras localidades como Bosa, Usme, Usaquén, Engativá, Fontibón y Rafael Uribe Uribe también han recibido la donación de material. Luego se extendió a Soacha, sobre todo a la localidad 4, conocida como Cazuca, donde se ha llegado a barrios como El Progreso, La Isla, Rincón del Lago, San Antonio, Florida, Ciudadela Sucre, Corintios, El Roble, El Oasis y La Esperanza.

Dentro de los favorecidos están vendedores ambulantes, transportadores, auxiliares de construcción, empleadas domésticas, cocineras, meseras, vigilantes y conductores. Personas que han llegado a esta parte del país huyendo de la violencia, la persecución política, el desempleo o diferentes factores económicos.

Rodrigo, un desplazado que llegó a Ciudad Bolívar después de trasegar por el Caquetá, el Huila y Tolima, encontró un lugar donde habitar con su familia, compuesta por 11 personas en un lote en los Altos de la Colina.  Allí vivió por varios meses debajo de unos plásticos hasta cuando aparecieron las ayudas del Grupo Ladrillo Verde y de unos benefactores de Suiza, como Marcel Dousse y Mónica Dousse.

Hoy vive en una casa de material, con tres habitaciones, cocina, baño y sala y comedor.

Blanca llegó de Santander y encontró refugio y esperanza en un “rancho” que ella misma fabricó con palos, plásticos y unas tejas rotas que consiguió a precios económicos. Hoy goza de un mejoramiento que le da abrigo a ella, a sus dos hijas y a sus nietos.

Paola y su mamá tenían una casa con piso en tierra y otros pedazos en pasto. Para bañarse era toda una odisea porque tenían que traer el agua desde 4 calles más arriba y no contaban con alcantarillado, además. Hoy disponen de una remodelación de su casa y una nueva vida.

Dina sufrió la violencia del país y de su natal Tolima y trasegó por varios municipios hasta encontrar su residencia en Soacha. Hoy sus paredes son de ladrillo y ya combate más fácilmente el frío.

Y las historias continúan.

Campesinos de Zipaquirá, Cogua, Nemocón, Pacho, Villagómez, La Palma, Yacopí, La Esperanza, Nimaima, Fusagasugá también han sido beneficiados por este programa que ya completa 5 años y que ha entregado más de 2 millones de unidades de material entre bloque, rejilla y fachada.

“Consideramos que es un compromiso con el país. Estamos al lado de decenas de personas que merecen un cambio en sus vidas y de alguna forma les hacemos un acompañamiento, impulsándoles y animándolos a tener nuevas perspectivas en sus vidas”, comenta Luis Fernando Calle de Tablegres.

“Se han mejorado también salones de juntas de acción comunal, capillas, templos, andenes y se ha hecho, incluso, una calle en el barrio El Progreso de Soacha. Los colombianos debemos solidarizarnos de alguna forma con los más desprotegidos y buscar desarrollar nuevas fuentes de trabajo y de alegría”, agregó Helmuth Klinge de Gredos.

“Ojalá más empresas se vincularan con estas actividades sociales. Se necesitan más apoyos con cemento, varillas, puertas, ventanas, arena, mixto y otros implementos, pero lo más importante es darles un abrazo de confianza y de amistad a tantos seres humanos que esperan ver otra Colombia. Es una manera de encontrar la paz”, expresó Bernardino Filauri de Ovindoli.

Las ladrilleras Tablegres, Ovindoli y Gredos pertenecen al Parque Minero Industrial de Cogua, hacen parte también de la Fundación Ladrilleros de Cogua y adelantan por su cuenta otros trabajos de responsabilidad social como la siembra de árboles, mejoras en las escuelas del municipio, limpieza de las quebradas y cursos de profesionalización de sus empleados.