28 de marzo de 2024

La RSE como política de Estado

16 de junio de 2018
Por Jorge Emilio Sierra
Por Jorge Emilio Sierra
16 de junio de 2018

Por: Jorge Emilio Sierra Montoya (*)

La responsabilidad social no es exclusiva del sector privado o las empresas particulares, a diferencia de lo que parece sugerir la expresión misma de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) como si ésta fuera exclusivamente empresarial, concibiendo tan solo a las compañías privadas, en las cuales de veras el tema ha tenido un mayor desarrollo, incluso en nuestro país.

No. Como tanto hemos dicho en artículos anteriores, la responsabilidad es de todos, de cualquiera organización social, sea pública o privada, y hasta de las personas, de cada uno de nosotros, y por ende de los países y del mundo entero, como lo demuestra la adopción del Pacto Global en las Naciones Unidas.

En consecuencia, podemos hablar también de responsabilidad social del Estado o del sector público, uno de los llamados grupos de interés (stakeholders) a que nos hemos referido. De hecho, las empresas tienen responsabilidad social con el Estado en el marco de la RSE, pero tampoco el Estado puede eludir su responsabilidad social ante las empresas, los ciudadanos, la comunidad, etc.

Más allá del populismo:

Pero -se preguntará-, ¿la responsabilidad social del Estado no se cumple a cabalidad por medio de su política social, en programas de vivienda y empleo, de salud y educación, etc.? Sí, al menos en parte. Y que se cumpla en realidad, lejos de quedarse, por razones políticas, en simples propuestas populistas, demagógicas, que deben evaluar los distintos grupos de interés, comenzando por los medios de comunicación y las universidades a través de sus centros de investigación.

¡Cuidado con eludir la responsabilidad!:

Responsabilidad social del Estado, insistimos. Que se justifica, además, por múltiples motivos, el principal de los cuales no es otro que la responsabilidad ineludible del Estado y, en especial, de los gobiernos, en la solución de problemas sociales, aquella que no puede trasladarse al sector privado como si éste los reemplazara, por más comprometido que esté con la RSE.

Empresas públicas en cintura:

El Estado debe ser socialmente responsable por eso, por una adecuada política social, pero también porque sus empresas, las llamadas empresas públicas (o del Estado), se rijan por los mencionados lineamientos de la RSE, entre otras razones porque no solo operan en diversos sectores productivos sino porque en muchos casos tienen mayor poder que las empresas privadas, teniendo por consiguiente un alto impacto social en sus actividades económicas.

Clave de la sostenibilidad:

El Estado, de otra parte, es factor clave de la sostenibilidad, dadas sus políticas de largo plazo (como las de carácter económico, que tienen gran influencia en el mundo de los negocios) y sus decisiones que tanto inciden sobre el entorno empresarial.

Por lo anterior, no es de extrañar que se reclame con insistencia la estabilidad y conveniencia de dichas políticas, verbigracia la política industrial, y el necesario avance institucional (de la justicia, por ejemplo) entendido hoy, desde organismos como el Banco Mundial y con base en la obra de Douglas North, Premio Nobel de Economía, como condición básica del desarrollo de los pueblos.

Rumbo a una política de Estado:

En virtud de tales criterios, distintos gobiernos han ratificado su compromiso con el Pacto Global y, por ende, con la responsabilidad social, sea de empresas o de instituciones públicas y, en último término, de los países, sobre todo cuando, como en el caso de Inglaterra, la RSE se asume como política de Estado.

He ahí uno de los grandes retos para quien hoy sea elegido nuevo Presidente de la República: ¡Hacer de Colombia un país socialmente responsable!

(Próxima entrega: RSE: De la teoría a la práctica)

(*) Asesor en Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Universitaria (RSU) – [email protected]