28 de marzo de 2024

Iván Duque, la sangre joven del uribismo que mira hacia el futuro

17 de junio de 2018
17 de junio de 2018

Claudia Polanco Yermanos

Bogotá, 18 jun (EFE).- Con la consigna de que es hora de que una nueva generación tome las riendas de Colombia, el uribista Iván Duque, favorito en las encuestas, aspira a ganar este domingo la Presidencia a sus 41 años de edad con la idea de que más que el presente, hay que mirar hacia el futuro.

Desconocido hasta hace poco, este bogotano nacido el 1 de agosto de 1976, aficionado a la magia, amante del vallenato, el tango y el rock, y seguidor de Queen, Van Halen, Kiss y Guns N’ Roses, escaló posiciones hasta que el pasado 27 de mayo fue el más votado en la primera vuelta presidencial en la que obtuvo 7,5 millones de papeletas (39,14 %).

Ese día, como candidato del Centro Democrático, apadrinado por el expresidente Álvaro Uribe, demostró en las urnas que su discurso duro contra los grupos alzados en armas, pero también en favor de la inversión nacional y extranjera, la innovación y el emprendimiento, ha calado en un porcentaje importante de la población.

Duque, que puede convertirse en el segundo jefe de Estado más joven de Colombia después de Alberto Lleras Camargo -quien asumió la Presidencia por primera vez a los 39 años por un corto periodo (1945-1946)-, se presenta hoy como alternativa para quienes se declaran cansados de los líderes de siempre.

Su camino hacia la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, comenzó como senador en el periodo 2014-2018, en donde se mostró renovador frente a los viejos caciques de la política y destacó como uno de los más brillantes y aplicados de esa legislatura.

Aunque sus rivales le echan en cara la falta de experiencia, argumenta que su trayectoria es similar a la de figuras como el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; el presidente francés, Emmanuel Macron, o la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern.

Prueba de ese nuevo aire es el desparpajo de este hincha del club América de Cali a la hora de demostrar ante las cámaras su habilidad con el balón y la emoción al cantar vallenatos junto a grandes intérpretes de esa música tradicional colombiana como Silvestre Dangond, Poncho Zuleta o Jorge Celedón.

Hace un año, cuando la campaña empezaba, muchos colombianos afirmaron que votarían «por el que diga Uribe» y ese resultó ser Duque, que se impuso primero en una consulta interna y el pasado 11 de marzo entre aspirantes de la derecha para obtener así la nominación presidencial.

En sus intervenciones hace gala de gran carisma y formas educadas que le han ayudado a cautivar seguidores, muchos de ellos mujeres que se autodenominan «duquesas».

«Quiero gobernar Colombia sin espejo retrovisor, mirando hacia el futuro de nuestro país. Quiero un país de legalidad, de lucha frontal contra la corrupción, que siempre haya seguridad en todo el territorio», aseguró en varias ocasiones.

A diferencia del expresidente Uribe (2002-2010), Duque no es visceral, lo que le permitió sumar también apoyos fuera del Centro Democrático.

Duque creció en una familia de pensamiento liberal por cuenta de su padre, Iván Duque Escobar, ya fallecido, quien fue gobernador del departamento de Antioquia (noroeste), ministro de Minas y Energía en la presidencia de Belisario Betancur (1982-1986) y registrador nacional.

Recuerda que de niño, su abuela materna, Stella Tono, le regaló varios acetatos con los discursos del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, asesinado en 1948, que aprendió de memoria a los siete años.

Para seguir los pasos de su padre estudió derecho en la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá y posteriormente hizo un máster en Derecho Económico de la American University y otro más en Gerencia de Política Pública de la Universidad de Georgetown (EE.UU).

Su carrera profesional la hizo principalmente en EE.UU., donde durante más de una década trabajó como consultor del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En esa época también se reencontró con su novia de la adolescencia, María Juliana Ruiz, una abogada que trabajó diez años en la Organización de Estados Americanos (OEA) y con quien se casó en 2003.

La familia de Duque y Ruiz creció con la llegada de sus tres hijos, Luciana, Matías y Eloísa, con quienes ha acudido a varios mítines.

Su compañera de fórmula es la exministra conservadora Marta Lucía Ramírez, que de rival en la consulta de la derecha pasó a ser su gran aliada.

Si gana este domingo, Duque ha dicho que pondrá en práctica los tres aprendizajes de «Fight Club», su película favorita: «solamente se puede estar en una pelea a la vez, uno no puede darse por derrotado porque la lucha es hasta el final y las reglas tienen que estar claras para poder enfrentar las batallas». EFE