19 de marzo de 2024

Indecisos

7 de junio de 2018
Por Hernando Arango Monedero
Por Hernando Arango Monedero
7 de junio de 2018

Hernando Arango Monedero

hernando arangoCumplida la primera vuelta presidencial, los dos que quedaron con mayor número de votos se preparan para la segunda y definitiva ronda, en la cual designaremos al presidente para los próximos cuatro años.  Desde luego, las invitaciones de parte de los dos ganadores no se hicieron esperar y, por demás, los ajustes programáticos para que esas adhesiones se den, han estado a la orden del día.

Para algunos, ese acercamiento a uno de los ganadores, se ha convertido en un proceso al que poco le falta para ser convulsivo. A otros, les ha sido fácil, dada la identidad que de tiempo atrás se ha venido produciendo en el país desde el punto de vista ideológico entre algunos sectores. No obstante, dentro de esos grupos que han mostrado esas afinidades, han resultado, porque no faltan, los que se muestran inconformes por esos acercamientos y anuncian a los cuatro vientos su malestar e inclusive, su renuncia al partido en el que militaron por años. Curiosa actitud, no cabe duda, máxime cuando han sido parte activa de la dirigencia de esas colectividades y, mientras en ella estuvieron, de su parte no hubo muestras de esos radicalismos y distanciamientos.

Desde luego que, ahora, para algunos, es la oportunidad de salirse de las filas dentro de las cuales se acomodaron para disfrutar de las oportunidades que desde allí se ofrecían, pero ahora, al igual que muchos de los que integraron grupos como las FARC, encuentran la oportunidad para escapar. A lo mejor andan pensando en crear sus propias tendencias, ya como jefes y, si acaso se los permiten, resucitar movimientos que otrora fueron célebres.

Otros de los que no obtuvieron los votos a los que aspiraban, pero que en su campaña se mostraron increíblemente demócratas, tolerantes y comprensivos con los demás sectores ciudadanos, ya ,a la hora de decidirse por uno de los que sobrevivieron a esa primera jornada, ya no son tan amantes de la unidad, del entendimiento, de la cooperación en beneficio del país. Inclusive, alguno que se considera a si mismo como Profesor, o quizás otro más similar, olvidó súbitamente que el profesor debe ser algo más, es decir, llegar a ser Maestro, que es lo que requiere la educación en Colombia, y dar ejemplo, predicando y aplicando, ya que no se puede  ser un motivador de unidades y, luego, un determinador de diferencias insalvables.

Sin lugar a dudas, el país tiene ante sí dos propuestas bien diferentes. La primera, muchas veces expresada ante el pueblo mediante la cual el Estado cumpliría la función de proveedor de empleo, tierras, salud, estudio y cuanta cosa se imagine el demandante. Todo ello, mediante la creación de impuestos para que las tierras sean realmente productivas o, de no serlo como el Estado espera, proceder a comprarlas en negociaciones voluntarias con sus propietarios actuales. Estas tierras, pasarán a ser propiedad de los campesinos, quienes las harán producir más y  con ello se redimirá el campo y por ende la agroindustria. La salud será pronta, y sin distingos, ya que no habrá EPS. La Justicia será cumplida y para todos sin discriminación. Los recursos naturales tendrán que ser racionalizados hasta llegar a ser cambiados por recursos renovables, entre tanto, el agro nos dará lo suficiente para suplir aquellos que ya no se explotarán. Esas ofertas, están de un lado.

De otro lado, las ofertas no son tan atractivas, ya que los ciudadanos deberán trabajar. Los ciudadanos tendrán que contribuir y mucho para, entre todos, hacer de Colombia un país mejor.  En esta propuesta la idea es hacer el país que deseamos dentro de libertad con responsabilidad.  En esta oferta nada se dará gratis pero se dice que el futuro lo tenemos que hacer entre todos. A esta oferta se le llama de extrema, sí, porque si las cosas se tienen que hacer entre todos, es un extremo. El otro extremo, es en el que nos dan todo gratis.

Difícil decisión para muchos, no quepa duda. De verdad difícil. Ahora, los que no pueden decidirse, siempre tienen una de dos opciones. Primero: No votar, que dicen no es de buen comportamiento cívico o; Segundo: votar en blanco, que es diferente, sí, pero no decide y deja en los demás la decisión, al final de cuentas lo mismo le da.

Bogotá, mayo 7 de 2018.