28 de marzo de 2024

Porque votar por Humberto De la Calle

21 de mayo de 2018
Por Clara Inés Chaves Romero
Por Clara Inés Chaves Romero
21 de mayo de 2018

Por: Clara Inés Chaves R. (*)

Es un hombre admirable que viene de la clase media, que ha llegado a la posición que tiene debido a su dedicación, estudio, perseverancia y disciplina. Es una persona cálida, coherente entre lo que dice y lo que hace. Su señorío, don de gentes, seriedad, honestidad, y experiencia son las virtudes que se requieren en estos tiempos para gobernar el país.

Su hoja de vida como juez, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, registrador nacional, ministro de gobierno estrella, vicepresidente, embajador, negociador de paz, le han dado una claridad y un amplio conocimiento del país. Es un estadista.

Sus propuestas de gobierno son progresistas y responden a las verdaderas ideas liberales y a las necesidades que tiene hoy Colombia, así como a los desafíos y al momento histórico en el que vivimos.

Su lucha por un ideal de país justo, en favor de todos los colombianos y en especial de los pobres, como una manera de reducir la enorme brecha social que la clase política le ha venido dejando el país durante siglos, su anhelo por un país en paz y una sociedad reconciliada sin odios ni polarización, por un modelo de desarrollo económico pujante, equilibrado y justo, su amor por la familia, por el adulto mayor, por los jóvenes, por las mujeres, por las minorías, lo hacen un candidato en el pleno sentido de la palabra. Cero politiquerías y un verdadero demócrata.

Su campaña no ha sido incendiaria, sino pausada, seria, y luchadora. Para nadie es un secreto que De la Calle no pertenece al establecimiento, ni es el delfín de ninguna familia tradicional del mundo político, tampoco es el candidato de ningún expresidente, ni mucho menos del presidente Santos, falacia con la que  lo han logrado colocar en desventaja en las encuestas como si estas pusieran presidentes; pero su amor por Colombia, su sueño por un país mejor, una nación más cohesionada, y en paz y por unas minorías con derechos, lo colocan en pie de lucha cada vez con más pasión, más entrega, más fuerza y verraquera.

Es un hombre de principios y honesto, a tal punto que llegó a decirle NO a políticos. Es una persona de carácter: lo vimos cuando renunció a la vicepresidencia en el gobierno Samper a causa de los escándalos que tuvo el presidente por el proceso 8000. Hoy le sigue diciendo a los politiqueros de turno, NO a las mermeladas. Sus principios no los negocia, ni los vende a cambio de votos.

La lista de las razones por las cuales hay que votar por De la Calle sería de nunca acabar; pero el simple hecho de que sea un hombre serio, que ha cumplido lo que ha prometido, y sobre todo que le ha cumplido al país en distintos y trascendentales períodos de nuestra historia, que no es corrupto, y que presenta un programa de gobierno serio, conciso, coherente, posible y progresista, son razones más que suficientes para creer en él, darle el voto de confianza y llevarlo a la presidencia de la República.

Somos nosotros los colombianos quienes, con nuestro compromiso y nuestro ideal de país los que lo llevaremos al Palacio de Nariño, y no las encuestas. Recientemente ganó las elecciones y llegó a la presidencia de Costa Rica el Sr. Carlos Alvarado, el candidato que obtuvo el porcentaje más bajo en las encuestas; estas, repito, NO ponen presidentes; somos los colombianos que queremos un país justo, igualitario, desarrollado, un campo dinámico, en paz y productivo, con una cultura de la legalidad, reconciliado y con cero corrupción, los que lo llevaremos al triunfo en estas próximas elecciones.

No nos dejemos engañar. El miedo no puede vencer a la esperanza. Es la hora de decir ¡basta, no más mentiras!, no más demagogia. Pensemos: si todos los que hoy dicen: “De la Calle es el mejor candidato pero no voy a votar por  él porque está muy atrás en las encuestas”, deciden votar De la Calle, seguramente quedaría elegido en la primera vuelta. ¡No perdamos esta oportunidad histórica! No a los populismos de derecha ni de izquierda. No más manipulaciones. Digámosle SÍ a la democracia, a la paz, digámosle SÍ a nuestro presente y a nuestro futuro. Digámosle SÍ a Humberto De la Calle.

(*) Ex diplomática