29 de marzo de 2024

Para que no nos convirtamos en una Venezuela

26 de mayo de 2018
Por Daniel Ospina Valencia.
Por Daniel Ospina Valencia.
26 de mayo de 2018

TRIBUNA UNIVERSITARIA

Por: Daniel Ospina Valencia

“Para que no nos convirtamos en una Venezuela”, ésta es quizá la frase que más se ha oído en los últimos meses. Es además la frase que más temor, confusión y desinformación ha creado en miles de colombianos; es esta frase la bandera de unas campañas políticas que aspiran a la casa de Nariño, y es finalmente, la frase xenófoba, descarada y absurda que se pomponea en miles de carteles, vallas y discursos políticos de dos aspirantes a la presidencia.

Un tal Iván Duque Márquez, que apoyado por el partido Centro Democrático y su caudillo Uribe Vélez, crearon junto con el ex procurador Alejandro Ordóñez (hoy sumado a su campaña) una idea que ya había dado frutos. Instauraron una idea en sus seguidores, miles por cierto, de que de la mano de otros candidatos, Colombia se convertiría en una segunda Venezuela; que el éxodo que actualmente atraviesa el país vecino a manos de Nicolás Maduro, sería nuestra realidad en cuestión de meses si el presidente de la República de Colombia no fuese Duque Márquez.

A esta idea se le sumó otro aspirante a la presidencia: Germán Vargas Lleras, quién tras observar la efectividad del temor, replicó las palabras de su contendiente adoptándolas y arremetiendo, al igual que Iván duque, contra Gustavo Petro. Establecieron que tanto su política “castro-chavista”, su militancia en el extinto M-19 y su paso por la cárcel, eran presupuestos suficientes para decir abiertamente que Colombia en manos de dicho candidato se convertiría en otra Venezuela.

Es momento entonces de entrar a analizar ¿Qué es convertirse en otra Venezuela? Esta frase, absurda por demás, pretende hacer un símil entre la República Bolivariana y el país más alegre del mundo. Según ellos,  es encaminar a Colombia hacia un régimen dictatorial, a un estado caracterizado por la hambruna y desempleo. En consecuencia, un estado fallido.

Respecto al régimen dictatorial, no hay necesidad de observar los casi 15 años que duró Hugo Chávez como mandatario de Venezuela, o los otros 5 años que cumple en el poder el actual presidente de dicha Nación. Con un simple repaso de la historia de Colombia es fácil encontrar dentro de su clase política personajes que se han perpetuado como gobernantes o se han tomado el poder. Como evidencia de ello podemos enunciar a los generales Rafael Reyes Prieto y Gustavo Rojas Pinilla, quienes se catalogaron a sí mismos como gobernantes pero que abusaron de sus poderes y facultades presidenciales hasta llegar a los mandatos dictatoriales.

Pero no es necesario ir tan lejos en la historia. El más claro ejemplo de un gobernante impetrado en el poder es el fundador del partido que hoy apoya al señor Duque; es el mismo que posicionó e intentó derrocar al actual presidente de esta nación; es el expresidente y actualmente senador, Álvaro Uribe Vélez.

Es él quien encontró en el poder político la droga más adictiva; es quien reformó la constitución en busca de una reelección y lo logró; es Uribe Vélez quien buscó una segunda reforma constitucional para lograr su segunda reelección (por poco  sale avante); este personaje, que no contento con sus 8 años de gobierno, y recordado además por una gran cantidad de escándalos, ollas podridas y amigos políticos investigados, procesados y condenados, es hoy en día senador de la república, y quien arrasó en las urnas a miras de su segundo periodo legislativo. Es por tanto irónico y descarado pretender decir que seremos otra Venezuela gobernados por un dictador, cuando desde el 2002 el país ha sido sometido a la complacencia de un mismo personaje.

Respecto al hambre y el desempleo, no encuentro necesario la comparación con el vecino país. En Colombia mueren diariamente 18 personas por enfermedades asociadas a la falta de alimento, 15 mil menores de cinco años cada año por enfermedades asociadas a la desnutrición y son alrededor de 500 mil niños colombianos (el 13% de la población infantil) que sufren de desnutrición crónica. En materia de desempleo el panorama tiende a empeorar: el número de desempleados es cada vez mayor y ya alcanza las 2.878.203 personas. En enero de 2018 la tasa de desempleo de las 13 ciudades más importantes del país fue 13,4% en total y el nivel de empleados cayó en más de 183.000 personas según el DANE.

Es infame implantar en el pueblo colombiano la idea de que en un futuro cercano Colombia será otra Venezuela, entre tanto nuestro país sufre de una decadencia sistemática y progresiva. En este país se calculan pérdidas anuales por 50 billones de pesos en corrupción, estamos en uno de los países más desiguales y violentos del mundo, tenemos una cobertura en salud y educación precaria y además somos uno de los países con el salario mínimo más bajo de la región. Aun así, con estos y otros tantos inconvenientes, pretenden tales candidatos, con sus artimañas políticas, ganar votos a toda costa, desviar la atención de las verdaderas problemáticas que afectan a Colombia, generar temor, desconfianza, y por último, crear la idea de que estamos mucho mejor que Venezuela.

Colombia no se va a convertir en otra Venezuela, nuestra realidad nos está dando una bofetada en la cara. Hace mucho tiempo que venimos haciendo peor las cosas que nuestro país hermano, pues en definitiva, lo que está sucediendo es que en Venezuela se están dando los fenómenos que a diario se viven en Colombia.