Mercado o espejismo?

Por: Ricardo Tribin Acosta 

Alguna vez se encontraba en un hospital un hombre que había sido bastante acomodado económicamente, para no decir rico, quien a los setenta años le había tocado una de las tantas crisis que ha tenido la bolsa de valores y pasaba por una severa depresión pues prácticamente había perdido todo su capital, y a su edad se preguntaba: ¿Y ahora que será de mi?

Este caso es hoy en día común, parte por los “avivatos” que se inventan actividades financieras nada seguras que las autoridades descubren muy tardíamente,  y en otra por los grandes especuladores de la bolsa que suben y bajan precios a su antojo, a veces pudiendo ser controlados y en otras no, solo hasta que las burbujas revienten, como sucedió con la crisis en Estados Unidos de la propiedad raíz en el 2008.

El mercado de valores, el de hipotecas, fondos, y otros adjuntos, como las pirámides financieras, es la suma del miedo y de la avaricia de los participantes, proceso en el cual a veces se encuentran los protagonistas jugando como al antiguo lanzamiento de la “pirinola” en el que se empezaba con: ganan dos, ganan tres, hasta llegar al fatídico de “todos pierden”, y ahí es donde llegaban los lamentos.