28 de marzo de 2024

Despilfarrando el tiempo

10 de diciembre de 2017
Por Ricardo Tribín Acosta
Por Ricardo Tribín Acosta
10 de diciembre de 2017

Por: Ricardo Tribin Acosta

Nadie sabe el valor de un segundo, un minuto, una hora, hasta que quizás con suerte, al poco tiempo o mucho más tarde, luego de malgastarlo, se hace conciencia de esa gran pérdida. ¿Y cuando sucede esto? Pasa cuando destinamos muchas de nuestras horas simplemente a divagar, cavilar y realizar tareas y acciones que no dejan ninguna utilidad. Hay varios ejemplos: Uno de actualidad está en el Internet, útil instrumento para allegar información, el cual desafortunadamente en cierta parte de los casos se destina a actividades nada productivas tales como: chatear en exceso, visitar con mucha frecuencia y de una forma obsesiva y compulsiva aquellas paginas poco sanas para la mente y permanecer allí por horas y horas, sin resultado positivo para nuestra vida.

Otro caso es el del teléfono, el cual a ratos se usa para solo hablar “cháchara” y nada más, gastando muchísimas horas, simplemente para matar el tiempo, chismeando, cotorreando o como mejor se le quiera llamar. ¿Y que tal cuando decidimos quedarnos en la cama todo un día dizque con el ánimo de descansar?, lo cual no es nada malo si se hace ocasionalmente, mas no bueno si se vuelve hábito recurrente, evitando así otras actividades fructíferas como estudiar, leer, e incluso buscar trabajo.

¿Y qué tal el tema de la televisión? Pues ni para que decir poco, si es muchísimo lo que puede agregarse al respecto. Existen personas que la ven todos los días hasta las dos y tres de la mañana, cuando al día siguiente les toca seguir un horario que empieza tres o cuatro horas después. ¿Y el cuerpo como queda con esa rutina? Absolutamente agotado, ya que con semejante exceso pues no es mucho más lo que se puede esperar.

Entonces que: nos tenemos que volver eficientes al máximo y tornarnos en esclavos de nuestros cronogramas?. Tampoco. Todo en exceso es inconveniente, particularmente cuando el comportamiento se refleja en actividades que pueden considerarse adictivas, como las descritas. El sano equilibrio es quien dará la justa medida para proceder mejor, en forma sobria y equilibrada, recordando siempre que hay que dejar un espacio de tiempo para cada evento, el cual incluye trabajo, lectura, estudios, conversaciones y hasta momentos gratos para distracciones sanas.